Esta semana, la Cámara de Diputados inició el debate, a nivel comisión, por la despenalización del aborto. Allí expusieron, ante la presencia de legisladores de distintos bloques, especialistas de distintas áreas, artistas y periodistas. Varios diputados ya hicieron pública su posición, otros se muestran indecisos. Hubo, también, quienes cambiaron su postura. Para muchos, el debate –que llegará al recinto recién a mitad de año– se da también en la mesa familiar, en la escuela de los hijos o en encuentros con amigos.
“Yo tengo una posición tomada, por varias concepciones, desde lo legal hasta lo religioso, que me pesa. Es un conjunto de cosas que por ahora me inclinan en contra. Más allá de eso, creo que el debate arrancó muy polarizado y ahora tiene posturas que se respetan y consideran. Y es el mismo debate que tengo en casa con mis hijas, con tolerancia y respeto. Ellas argumentan que están a favor, lo ven más por el lado social, de salud y derechos de las mujeres”, dice José Ignacio de Mendiguren (Frente Renovador).
Dentro del oficialismo hay posturas contrarias. Martín Maquieyra forma parte de la Juventud PRO, donde, asegura, no hay una postura unificada –su titular, Peter Robledo, por ejemplo, se mostró a favor–. “Yo estoy en contra porque considero que hay vida desde la concepción, y que es el principal derecho a preservar. Va más allá de una cuestión religiosa. En mi familia no hubo tanto debate, pero entre mis amigos de facultad, sí. A mí me plantearon que cómo siendo joven estoy en contra. Pero estoy abierto a escuchar otras posiciones, por eso voy a las audiencias y me junto con agrupaciones a favor y en contra”, dice.
Leandro López (Cambiemos) estaba indeciso en un principio, pero ya hizo pública su postura, “convencido de que la despenalización nos permitirá contar con estadísticas confiables, que podrán elaborar los propios hospitales, y así enfocar mejor las políticas públicas”, explica. En su caso, hace poco, habló del tema con sus hijos, porque desde el colegio llegó una invitación a los padres a una marcha contra la ley. “Mis hijos van a un colegio cristiano evangélico que tiene una posición contra la despenalización. Me gusta la calidad educativa, pero en esto pienso distinto, así que traté de explicarles que hay visiones distintas. Con mi mujer también lo hablamos, y su visión femenina me enriquece”.
Josefina Mendoza (Cambiemos-UCR) y Lucila Da Ponti (Movimiento Evita) están entre las legisladoras más jóvenes, y desde la militancia vienen apoyando la campaña por la despenalización antes de que llegara al recinto. Destacan que la exposición que alcanzó el tema allanó el camino para su tratamiento. Y eso lo notan también en el debate familiar.
“Desde hace mucho tengo una posición tomada, pero vengo de una familia católica y tenía el prejuicio de que iban a estar en contra. Me sorprendí con que todos estén a favor de la ley. Mi mamá no está a favor del aborto, pero dice que hay que asumir la realidad de las mujeres que mueren”, cuenta De Ponti. Mendoza aporta que “cuando hablé del tema con mi familia vimos que pensamos distinto, pero mis padres tampoco tienen una postura negada. Hace poco hablé con mi mamá, que si bien está en contra entiende que hay chicas sin recursos que quedan sujetas a la ilegalidad y la criminalización. También vi cómo amigos que tenían una postura tomada y cerrada han ido cambiándola”, dice.
Juan Cabandié (FpV) es uno de los legisladores que públicamente asumen su cambio de postura: “Yo estaba en una situación de indefinición, con una tendencia más en contra. Mi cambio de postura creo que fue producto de la lucha del movimiento de mujeres, como el caso de mis compañeras, que fueron impulsoras del proyecto; movimiento que además se destaca y toma de ejemplo en otros países. Y también desde una visión sanitaria, porque se necesita una política pública respecto del tema. Mi mujer también tenía una postura favorable a despenalizarlo”, aporta.
Según una encuesta de ipsos, más del 70% de la población tiene una postura favorable
“Sabemos que hay consenso en nuestra sociedad. Tenemos acceso a las encuestas, que demuestran lo mismo: una mayoría de las personas está a favor de la legalización y despenalización”, dijo durante su exposición ante los legisladores Marta Alanis, titular de Católicas por el Derecho a Decidir. Es que el debate por la despenalización del aborto traspasa las paredes del Congreso y se cuela en conversaciones y debates en redes sociales y encuentros familiares.
Muchos fueron cambiando su posición también con los años. Según un informe de la consultora Ipsos, el 74% de la población tiene una posición favorable respecto del aborto, mientras que un 20% tiene una postura contraria. Y de 2016 a la fecha, en el país se incrementó en 12% el acuerdo con que las mujeres deberían poder abortar en cualquier circunstancia, postura que este año, incluso, fue superior (39%) a la de aquellos que creen que solo debe estar permitido en algunas circunstancias, como cuando se está frente a una violación (35%). El año pasado, los números estaban al revés: el 27% estaba a favor del aborto ante cualquier circunstancia, mientras que el 38% creía que solo debería permitirse en ciertas ocasiones. Si se distingue por sexo, más mujeres que hombres están a favor.
Del informe se desprende también que Latinoamérica es la región más reticente a la despenalización del aborto en cualquier circunstancia.
