El incremento de los bienes de dos funcionarios del gobierno del ex presidente Néstor
Kirchner son investigados por la Justicia en el marco de una causa que comenzó por
supuesto contrabando y derivó en lo que podría ser sólo una de las maniobras de una aceitada
maquinaria dedicada al
lavado de dinero sucio.
El buen pasar del ex director del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi),
Claudio Uberti, y del presidente de Energía Argentina SA (Enarsa),
Exequiel Espinosa, están siendo examinados por los investigadores, que tratan se
saber de dónde provenían y a dónde iban los casi 800.000 dólares que Antonini Wilson intentó
ingresar ilegalmente al país.
La Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP) aún no informó sobre los bienes de los dos funcionarios. Fue la fiscal del
Fuero Penal Económico María Luz Rivas Diez quien pidió el requerimiento al organismo que dirige
Alberto Abad.
Uberti, su asistente Victoria Bereziuk y Espinosa viajaron junto al misterioso valijero de
doble nacionalidad en el Cessna Citation X de la empresa Royalclass que contrató Enarsa. Durante
las casi ocho horas de vuelo –lo que tardó el lujoso avión en decolar del aeropuerto de
Maiquetía, Caracas, y aterrizar en el Aeroparque Jorge Newbery–, uno de los temas de los que
hablaron tres pasajeros giraba en torno de la valija, así lo deslizó una fuente con acceso al
expediente mientras explicaba a PERFIL las hipótesis que hay sobre los posibles destinos del
dinero.
Antes de salir de licencia, la jueza en lo Penal Económico Marta Novatti había dado el visto
bueno para que se investigara la procedencia de los bienes de Uberti y Espinosa.
“Se pidieron informes sobre bienes concretos, pero todavía no hubo respuestas”,
reconoció otra de las fuentes consultadas.
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