El fallo de la Cámara Federal
despenaliza la tenencia de drogas -en este caso marihuana- para
consumo personal fue basado en el antecedente del popular músico creador de
Los Twist, quien fue encontrado con estupefacientes.
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Cedoc
El camarista federal Eduardo Freiler fundó su voto a favor de la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal en los antecedentes del caso del músico Hugo "Pipo" Cipolatti, que fue sometido a proceso.
En aquella oportunidad, el 7 de junio de 2005, Freiler desarrolló los motivos por los cuales entiende que es inconstitucional el inciso segundo del artículo 14 de la ley de drogas que reprime el consumo personal.
"La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para consumo personal", dice la norma que Freiler cuestiona por contradecir lo establecido en el artículo 19 de la Constitución Nacional.
Esa disposición de la Carta Magna, por su parte, establece que " las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados".
"Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe" concluye aquél artículo del texto constitucional.
La polémica sigue instalada ya que el criterio no es uniforme (de hecho en esta causa el sobreseimiento del imputado se tomó por mayoría con la disidencia de Gabriel Cavallo) debido a que otros magistrados se inclinan por su penalización cuando se afecta la "salud pública".
" No se encuentra probado, ni mucho menos, que la prevención penal de la tenencia, y aún de la adicción, sea un remedio eficiente para el problema que plantean las drogas" sostiene Freiler, quien enfatiza que, al castigar la tenencia para consumo personal, se procede a "tensar la cuerda de los derechos individuales con la esperanza de solucionar el problema".
Sin embargo, "los resultados de esa opción demostraron, a quince años de la vigencia de la ley 23737, su fracaso. A pesar de la política de 'tolerancia cero' el comercio ilegal de drogas y el consumo han aumentado", concluye el camarista.
