SOCIEDAD

El ‘Máxima Tour’ atrae más holandeses a La Angostura

Preguntan dónde pasean la reina y su familia, y visitan el restaurante de su hermano Martín.

De ensueño. Los holandeses viajan a descubrir el bosque de arrayanes, donde la familia real hizo su foto oficial; y disfrutan los atardeceres sobre el lago Nahuel Huapi.
| Cedoc

Lagos y bosques paradisíacos, la posibilidad de disfrutar de buena comida patagónica y hacer deportes de alta montaña durante todo el año consagraron a Villa La Angostura como uno de los lugares de la Patagonia más elegidos por los turistas europeos. Pero desde que, en 2007, la entonces princesa Máxima Zorreguieta la eligió como parada obligada para pasar las fiestas de fin de año acompañada de su marido, sus hijas y su suegra Beatriz, la ciudad del sur neuquino ofrece un atractivo más para los visitantes de ese país: cada vez más, lo eligen para conocer el que su reina ha denominado varias veces como “su lugar en el mundo”.

Tanto que, a fines de 2014, el tradicional saludo de fin de año de la Casa Real se grabó allí, en el Parque Nacional Arrayanes, uno de los lugares más visitados por los viajeros de todo el mundo. En otra de sus visitas oficiales, habían elegido El Messidor, la residencia oficial de verano de la gobernación neuquina.

Y este verano decidieron, además, extender sus vacaciones: PERFIL supo que todavía están en la ciudad que casi duplica su población durante las vacaciones de verano. Para el subsecretario de Turismo municipal, Pablo Bruni, los Orange son “como cinco turistas más. Están acostumbrados a venir y a nosotros nos encanta recibirlos. Nadie los molesta con pedidos de fotos, caminan por los mismos senderos de montaña, van a la playa. Esa tranquilidad es la que buscan”. Los reyes y sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariana, se alojan en una de las exclusivas residencias del Country Club Cumelén, el único barrio privado de la zona, con cancha de golf de 9 hoyos, muelle propio y más de 30 hectáreas de bosques de araucarias y arrayanes.

Circuito real. Según cuentan los encargados de los hoteles, restaurantes y comercios de la ciudad, la cantidad de visitantes europeos, sobre todo holandeses, que arriban a la ciudad –tanto en invierno como en verano desde que Máxima desembarcó en la familia real es más marcada. “Aunque no existen estadísticas oficiales, cada año nos visitan más turistas holandeses, y contamos con visitantes de Alemania, Gran Bretaña, Francia, Bélgica e Israel, entre otros, que la eligen para pasar sus vacaciones. Máxima nos puso en el mapa de una manera relevante frente a otros destinos de la Patagonia, que ya eran conocidos por los turistas de todo el mundo”, agrega Bruni.

En sintonía, Pablo Misiac, dueño del restó Viejos Tiempos, confirma esta tendencia: “Además de crecer, notamos que el turismo europeo e internacional está presente todo el año, cuando antes de la llegada de Máxima, la temporada fuerte abarcaba de octubre a diciembre”, dice.

Seguir sus pasos. A la lista de lugares para conocer que traen los holandeses en sus guías de viaje se suman las actividades que Máxima y su familia hacen habitualmente, como las caminatas por los senderos de montaña, las travesías náuticas en el lago Nahuel Huapi y las visitas a la Fundación Salmónidos, uno de los principales criaderos de truchas de la región.

También preguntan por el restaurante de su hermano Martín Zorreguieta, Tinto Bistró, uno de los lugares top de la villa. “Cuando vienen, nos consultan qué come Máxima, qué elige su familia; nos preguntan si se pueden sacar fotos en las mesas donde ellos almuerzan o cenan. Son siempre muy amables, se nota que la quieren muchísimo y se van fascinados con La Angostura”, cuentan desde el restó. Y en La Caballeriza, un restaurante vecino, lo confirman: “Aquí, la tranquilidad es una forma de vida, y lo que encanta a los holandeses es que es un lugar que refleja a sus reyes tal cual son”.

Costumbres argentinas y parrillas en Amsterdam
En Holanda, la llamada “Maximanía” es, más que una moda, un sentimiento genuino: la consideran una nativa más y todo lo que ella hace –incluso desde antes de ser reina– genera más revuelo en los medios que las acciones del gobierno. Para países atravesados por una agenda noticiosa cargada, esto puede parecer extraño, pero para los holandeses es natural. Y el interés por “lo argentino” también aumentó: “Desde que Máxima llegó a la familia real, la aceptamos como una más. Y a partir de ella, de su simpatía y su calidez, el interés por conocer su país de origen y sus costumbres es más fuerte”, dice Marianne Lijg, una holandesa casada con un argentino y con tres hijos “mitad y mitad”. Tanto es así que para la fecha de la boda real, sus hijos mayores dieron una clase especial sobre la Argentina en la escuela.

Y a pesar de que ya existían, en Amsterdam creció considerablemente el número de parrillas que ofrecen la experiencia del verdadero asado estilo gaucho: “Siempre hubo restaurantes argentinos, pero ahora hay más, y va más gente”, asegura Lijg.