En Rosario, cada año, la celebración de la Semana Santa se convierte en uno de los eventos más multitudinarios, por el poder de convocatoria que tiene el padre Ignacio Peries, a quien siguen miles de fieles que llegan desde todos los rincones del país. Ayer, al cierre de esta edición, los organizadores del Vía Crucis que encabezó el párroco estimaban la participación de 300 mil personas, por las calles del barrio Rucci. El jueves, en tanto, durante la misa donde se realizó el tradicional lavado de pies a los fieles, Ignacio había adelantado sus expectativas por la noche de ayer. “Este año los invito especialmente para compartir la Misericordia de Dios, que no se puede explicar, va más allá del razonamiento humano, en esa Misericordia abandonar nuestro pecado, lo pasado, lo que nos duele, y que nos ilumine para dar un paso más a la vida”, había dicho, durante la celebración en la iglesia Natividad del Señor, de la que es párroco. Además ese día solicitó a todos los rosarinos que asistieran al lugar en transporte público, para evitar congestiones. Cada año son más los fieles que se acercan hasta la parroquia del humilde barrio Rucci, al noroeste de la ciudad de Rosario, para escuchar al padre Ignacio, un sacerdote orioundo de Sri Lanka, nacionalizado argentino tras llegar al país en 1979, a quien se le atribuyen el poder de sanar enfermos a través de la imposición de sus manos. El “cura milagroso”, lo llaman, a quien con su carisma tiene la capacidad de atraer fieles de todos los rincones del país, incluso también de países limítrofes. Así, cada año miles de seguidores se acercan hasta el lugar para pedirle o agradecerle por algún familiar enfermo o por ellos mismos. El año pasado, la celebración de la Semana Santa convocó tanta gente (fueron cerca de 300 mil) que impresionó al propio arzobispado de Rosario. Desde que comenzó con las celebraciones del Vía Crucis, con apenas 500 fieles, que luego pasaron a ser 1.500, y continuaron en ascenso, hasta que en 2008 llegaron a ser 200 mil. Desde entonces, el número fue creciendo.
En otras ciudades. En Buenos Aires, la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo y el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires celebraron el XV Vía Crucis sobre la Avenida de Mayo, del que participó el cardenal Mario Poli, donde esperaban la presencia de más de 45 mil fieles. En Puerto Madryn, en tanto, celebraron ayer el tradicional Vía Crucis Submarino que se celebra desde 2001 y llama la atención de todo el mundo, donde la cruz y sus seguidores recorren las distintas estaciones por tierra y bajo el agua, a ocho metros de profundidad e iluminados. Así, los fieles puedan seguir la procesión en la superficie, ya sea desde la costa, o en kayaks. Por este año, la procesión submarina estará guiada por el buzo de la ciudad Ricardo “Pinino” Orri, ya que el padre Juan Gabriel Arias, quien suele encabezarla todos los años, se encuentra misionando en Mozambique.
