SOCIEDAD
incendios sin control

El viento generó tres nuevos focos de fuego en el norte de La Pampa

La provincia decretó ayer la emergencia agropecuaria hasta junio: se perdieron más de 800 mil hectáreas y 70 mil animales.

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Desastre. Aunque la situación había mejorado, las altas temperaturas prendieron las áreas rurales de Cereales y Luiggi. | AFP
Las altas temperaturas, con máximas de hasta 35 grados, y un giro de los vientos en dirección noroeste complicaron ayer la situación de la provincia de La Pampa, azotada por incendios forestales desde hace casi una semana y donde, según datos oficiales, ya se perdieron unas 800 mil hectáreas. Según informaron las autoridades del Sistema Nacional de Manejo del Fuego, ayer se iniciaron dos nuevos focos en la zona de Cereales, entre los kilómetros 50 y 60 de la Ruta Provincial 14; y un tercero al oeste de Luiggi, en el norte de la provincia.
En la localidad de La Adela, entre las rutas 30 y 1, por su parte, cientos de bomberos y voluntarios de Defensa Civil seguían trabajando para combatir las llamas. Cerca del límite con la provincia de Buenos Aires –donde, según la gobernadora María Eugenia Vidal, la situación “está controlada”– aún hay frentes activos en Algarrobo y Puan, donde el fuego ya quemó más de 35 mil hectáreas. Según Facundo Castelli, intendente de esa localidad pampeana, la labor de los bomberos se complicó debido a “la dificultad del terreno, con mucha arena y médanos”, aunque el fuego allí estaba “detenido”, dijo tras recibir en Villarino al ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, y el titular de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, a quienes reclamó “camiones hidrantes o vehículos 4x4 para acceder a las zonas más difíciles”.

Crisis. Ayer, en tanto, la Comisión de Emergencia Agropecuaria de La Pampa declaró la situación de emergencia en esa provincia hasta el 30 de junio próximo. A las 800 mil hectáreas quemadas se suman más de 70 mil animales muertos, además de la destrucción total de infraestructura y alambrado en los campos del sudoeste provincial. Las zonas más afectadas son el departamento de Caleu Caleu, donde se perdieron 450 mil hectáreas, y La Adela, con 286 mil.
En tanto, organismos ambientalistas coincidieron en que “no se trata de fenómenos naturales ni de una casualidad: hace falta una política ambiental que proteja bosques y humedales, y controlar los desmontes por el avance de la soja, la ganadería intensiva y los desarrollos inmobiliarios”, dijo Hernán Giardini, coordinador de Bosques de Greenpeace.n