SOCIEDAD

En plena venta navideña, protestaron contra una famosa tienda por explotación

En medio de la fiebre de shopping de fin de año, trabajadores de una marca de ropa para rugbiers denunciaron malas condiciones laborales. Galería de fotos.

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| Perfil.com

Mientras la fiebre por las compras navideñas se hace visible en la ciudad, un grupo de trabajadores de la marca Kevingston decidió escrachar a esa firma y reclamar por las malas condiciones laborales en las que los vendedores deben llevar adelante sus tareas. La empresa es una de las denunciadas por la ONG La Alameda, por supuesta utilización de trabajo esclavo en los lugares donde confeccionan sus prendas.

Una decena de trabajadores protestó frente a uno de los locales que la firma tiene sobre la avenida Santa Fe, con un reclamo: mejoras en la calidad del trabajo de los vendedores. La manifestación comenzó con el cierre parcial de un local ubicado en Santa Fe al 1400, en pleno barrio de Recoleta, y luego siguió con una protesta frente a otro a pocas cuadras.

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Consultados por Perfil.com, un grupo de trabajadores del local de Santa Fe 1257, reveló que mientras la empresa espera terminar el año con una facturación que supera los 50 millones de pesos, a los vendedores les ofrecen sólo 60 pesos como "premio".

Además, aseguraron que aquellos empleados que trabajan en los locales de los shoppings de la marca no recibirán más que las comisiones por las horas extra que harán, dado que en muchos los locales se mantendrán abiertos hasta las 4 de la madrugada.

La historia previa. La marca Kevingston, perteneciente a una empresa familiar, fue denunciada por la ONG La Alameda, que acompañó la protesta que hoy llevaron adelante los vendedores.

Según contaron desde esa organización, la firma se abastece de confecciones que se realizan en dos lugares.

De acuerdo a lo expuesto a Perfil.com por los trabajadores, los dueños trabajarían con talleres clandestinos ubicados en la localidad de Pergamino, que fueron allanados por la AFIP en dos ocasiones este año.

A su vez, La Alameda sostiene que los dueños de Kevingston también tercerizan su producción en  una fábrica llamada Compañía de la Indumentaria, de Sergio Loszt.

La fábrica Compañía de la Indumentaria, según denuncia la ONG, está ubicada en Sanabria y Álvarez Jonte en el barrio de Monte Castro. Allí, explican, trabajan más de 300 costureros en pésimas condiciones. Entre otras negligencias, el empresario Lostz paga 1.800 pesos al mes, por una jornada semanal de 50 horas, cuando el convenio del sindicato de costureros establece un piso de 2.800 pesos mensuales.