SOCIEDAD
No ser mucho?

Exagerado operativo policial en el Abasto Shopping para una batalla flogger que no fue

El centro comercial se convirtió ayer en el punto más custodiado de la Capital para evitar que la violencia teen se repita. Galería de imágenes.

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| Payito Blanco

Más de 25 policías, 10 oficiales de civil apostados -todos juntos, como para no disimular- en las escaleras de un hipermercado , cuatro camionetas jaula listas para arrancar, ¡un camión hidrante! y uno de bomberos. Todo ese panorama de seguridad rodeaba al shopping Abasto, que ayer debe haber sido el sitio más custodiado de la Capital Federal. ¿Por qué tanto despliegue? Todo, por una batalla flogger que no fue.

Como todos los miércoles, los flogger, chicos que todos los días suben sus fotos a la Web en Fotolog, una de las redes sociales más grandes de la actualidad, se daban cita en el Abasto para tirotearse a flashes. Sin embargo, el de ayer no era un día normal. Los incidentes del miércoles de la semana pasada, cuando hubo corridas, golpes y tensión en el shopping de Once, alertaron a la seguridad de lugar y a la policía federal que tomaron recaudos para que esto no se repitiera.

Esos recaudos consistieron en reforzar la seguridad interna del paseo de compras, especialmente en los ingresos laterales, y convocar a un verdadero megaoperativo policial. Los chicos se habían citado por Internet para encontrarse y revivir la batalla flogger, pero sólo fue un amague.

Menos de 30 adolescentes circulaban por el shopping, en grupos bien diferenciados. Por un lado, "los chetos", con un vestuario superproducido, de religioso chupin colorido, remeras largas y llamativas, y peinados con flequillo elaborado tras horas de espejo. Por el otro, "los "cumbia", con un estilo mezcla de cumbia villera y reggeaton, bermudas largas, gorrita y camisetas de fútbol, que bailaban break dance, como si Once fuera su Bronx.

Sus problemas en cruzarse no eran tales a la hora de enfrentarse a la cámara de televisión. La guerra de castas online, originada en los fotologs y concretada en el shopping, los convirtió en famosos, por eso dieron su testimonio, disfrutando sus cinco minutos de fama a los 16 años.

¿Toda esta seguridad es por los incidentes del otro día? "Sí", respondió escueto un guardia del Abasto, para volver raudo a su tarea de vigilancia. No vaya a ser que la hecatombe flogger se desate incontenible y la violencia teen vuelva a ser noticia, dejando, como la otra oportunidad, el trágico saldo de una puerta rota. Mientras tanto los 25 policías, los 10 de civil, las cuatro camionetas jaula, el camión hidrante y el de bomberos siguieron esperando a que algo pase, pero nada ocurrió.