La decisión de la Cámara Federal de San Martín de
poner en duda el asesinato del represor de la ESMA Héctor Febres y dictar una
resolución que hoy
dejó libres a los prefectos acusados puso en alerta a los organismos de derechos
humanos, que analizan
recurrir a la Cámara de Casación Penal y la Corte Suprema.
"Esto es una barbaridad. Es peor que dejarlos en libertad: ponen en duda el homicidio", dijo
a la agencia
DyN el abogado
Luis Bonomi, uno de los querellantes en la causa.
Incluso, sostuvo que "a un año y medio de la desaparición de Jorge Julio López y a días del
aniversario del golpe,
parece un mensaje de impunidad y protección para los represores que están actuando en la
sombras".
Los organismos pusieron el acento en que ese supuesto mensaje salió de la Cámara Federal de
San Martín que, por ejemplo, en el 2004 declaró la inconstitucionalidad de la ley que anuló las
normas de Punto Final y Obediencia Debida.
Ayer, los jueces Alberto Criscuolo y Horacio Prack revocaron el procesamiento por homicidio
agravado de los dos prefectos involucrados en la muerte del represor de la ESMA, Héctor Volpi y
Rubén Iglesias, por entender que no había pruebas suficientes para establecer si efectivamente
había sido asesinado.
Para la Cámara, Febres se habría suicidado preocupado porque en el juicio al que estaba
siendo sometido lo iban a condenar y sus bienes serían embargados, a raíz de lo cual su familia se
quedaría en la calle.
El tribunal confirmó los procesamientos de Iglesias -jefe de la base del Delta- y Volpi
-custodio personal de Febres- por abuso de autoridad, a raíz de las irregularidades que se
detectaron en el marco de la causa y que dieron cuenta de los privilegios que recibía el ex
represor en el marco de su supuesto arresto.
Además, la Cámara les bajó la caución de sus bienes de 900 mil a 150 mil pesos, pero dejó en
manos de la jueza Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la pesquisa,
la decisión de liberarlos.
Hoy, la jueza firmó esas liberaciones, mientras los abogados de la querella se agolpaban en
el juzgado indignados ante la noticia.
Además, la Cámara
revocó los procesamientos de los hijos y la esposa de Febres que habían quedado
imputados por el encubrimiento, aunque
no quedaron desafectados de la investigación.
uatro días antes de que se conociera el veredicto en el juicio oral que lo tenía como acusado
por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA, Febres, de 66 años, fue encontrado muerto en
dependencias de la Prefectura Naval, en la zona Delta de Buenos Aires, donde permanecía detenido.
El cadáver de Febres fue hallado el 10 de diciembre (día internacional de los Derechos
Humanos y fecha en la que asumió la presidencia Cristina Fernández de Kirchner) y, según la jueza,
fue asesinado por envenenamiento porque tenía planeado revelar nombres y detalles de la represión
de Estado durante la última dictadura. La jueza investigaba quiénes idearon y participaron del plan
que implicó darle cianuro a Febres en la sede de la Prefectura donde cumplía una flexible detención
por crímenes ocurridos de la dictadura.
Pero ahora la Cámara Federal le dijo que profundice la investigación porque todavía es pronto
para sostener que fue un crimen y afirmó que había testimonios que indicaban la intención de Febres
de suicidarse.
Fuente: DyN