El incendio que se inició ayer en un local comercial del barrio porteño de Once se reanudó esta noche: mientras la policía se preparaba para empezar con pericias sobre el siniestro, 30 horas después de su inicio, apareció un nuevo foco de fuego en el último piso del inmueble.
Ya esta mañana, tras 19 horas de combatir el fuego, el comisario Omar Bravo había manifestado a la prensa que el proceso combustivo ya estaba dominado y que se había cambiado la modalidad de trabajo, "por lo que el personal de bomberos pudo ingresar plano por plano al edificio para su extinción".
Pero en el edificio continuaba habiendo fuego "en el cuarto y quinto piso", había informado Bravo, quien además aseguró que "la medianera está estable y no está en peligro de derrumbe". El incendio se declaró ayer poco después de las 15 en un local comercial y depósito de artículos de cotillón, "Ciudad Cotillón", en Lavalle 2257, donde continúan trabajando 12 dotaciones de bomberos con 80 hombres, en turnos de cuatro horas.
El siniestro ocurrió en el comercio "Ciudad Cotillón", donde además de la atención al cliente había en varios pisos repletos de materiales del rubro -altamente inflamables-, telas, papeles y hasta electrodomésticos. Dichos pisos superiores, en los cuales comenzó el incendio, no estaban habilitados para funcionar, a diferencia de la planta baja y el subsuelo, según confirmó esta mañana el ministro de Seguridad y Justicia porteño Guillermo Montenegro
Un radio de 10 cuadras a la redonda debió soportar los efectos de un humo altamente denso, lo que motivó que varias personas debieran ser internadas. La policía evacuó con rapidez a decenas de vecinos de los edificios linderos, que permanecían en las inmediaciones en un marco de innegable nerviosismo esperando que los bomberos pudieran doblegar las llamas.
"Es un incendio muy importante. Esto va a llevar horas" , había dicho a la prensa el subcomisario de bomberos Roberto Corsaro pasadas las 19, cuando también aseguraba que el siniestro "estaba circunscripto". Sin embargo, al tratarse de elementos plásticos, las llamas volvieron a ganar fuerza antes de las 21 y podían verse desde afuera focos de fuego en cuatro pisos del edificio.
El jefe de Bomberos reconoció que "hay riesgo de derrumbe en la pared lindera que da al vacío" y anticipó que la calle Lavalle permanecerá cortada al tránsito "hasta que lo determine la brigada de apuntalamiento del gobierno de la ciudad", circunstancia que podría demandar días.
El fuego se declaró a las 15.15 en el cuarto piso, donde funcionaba un depósito de la empresa Ciudad Cotillón, y se extendió rápidamente por tratarse de elementos inflamables como aerosoles de espuma, disfraces de carnaval y productos fabricados con telgopor y papel.
La combustión de esos materiales provocó densas columnas de humo negro, que podían verse (y soportarse) desde varios puntos de la ciudad, y demandó la intervención de doce dotaciones de bomberos que trabajaron para circunscribirlo con dos hidroelevadores ubicados frente al edificio y en una cochera lindera. Las brigadas, con equipos de oxígeno, también atacaron el fuego mediante otra línea de agua desde la terraza de un edificio contiguo al siniestrado.
El jefe de Bomberos explicó que "como medida preventiva" oxigenaron al personal del comercio de cotillón y también se dispuso una constante rotación de los equipos que trabajaban frente a la densa cortina de humo.
La intensidad del siniestro obligó, además, a evacuar edificios linderos y a interrumpir el tránsito vehicular en una zona delimitada entre las calles Larrea y Lavalle, desde Tucumán hasta Uriburu.
En tanto, móviles de la Guardia de Auxilio porteño permanecían en el lugar ante el riesgo del derrumbe de una medianera que, según personal de bomberos, permanece en "condiciones inestables".
El subcomisario de bomberos Corsaro reiteró que para poder ingresar al local -de planta baja, tres entrepisos y cuatro pisos- a continuar con las tareas de remoción, habrá que aguardar "la orden de la brigada de apuntalamiento del gobierno de la Ciudad".
Fuentes: Télam y DyN
