Según relata la empresa de San Clemente del Tuyú, Kshamenk fue ingresado al oceanario fruto de su
varamiento natural en 1992 (se supone que a los 6 años). Pero el abogado Enrique Viale recuerda que
ya desde ese momento hubo quienes cuestionaron su entrada al cautiverio. Por ocho años, Kshamenk
vivió junto a otra orca, la hembra Belén, que murió en 2000, poco después de perder un embarazo.
Para
Juan Carlos López, guardafauna en la reserva natural de
Península Valdés por 13 años, “
las orcas que estuvieron en cautiverio en la Argentina hubiesen tenido muchas chances de
volver al mar si se las hubiese ayudado”. Desde Mundo Marino aseguran que “
cuando se rescata un animal en dificultades, es frecuente que en la mitad de los casos se
llegue tarde y su estado sea tal que o esté muerto o muera en las horas siguientes”,
pero ellos lograron salvar a Kshamenk de “
una muerte inevitable”.
En 2003, la ONG ambientalista Fundación Tierra Salvaje anunció su intención de que
la orca fuese liberada. Incluso se propuso hacerlo en la Caleta de las Flores, a
100 kilómetros de Viedma.
El oceanario se negó porque “esa alternativa sería un fracaso
anunciado”, y no tendría un respaldo científico serio.
Keiko, la famosa orca de
Liberen a Willy
, murió a los 27 años en Noruega, 15 meses después de dejar el cautiverio.
Millones de dólares se usaron para reentrenarla a la vida salvaje, luego de que el
taquillero film desatase el pedido. Los defensores de la liberación de Kshamenk aseguran
que la situación de Keiko, que había sido capturada cuando tenía apenas un año y
no sabía cazar en mar abierto, es distinta a la de la orca de Mundo Marino. Para
López, “
en cautiverio se ve la cubierta de una orca, pero todo su poder se ha perdido desde que se
le quita la posibilidad de cazar”.