Editora de Sociedad y Ciudad de Diario Perfil. En Twitter: @clarafescudero
El martes se efectivizó la presentación del proyecto de ley en el Congreso Nacional. Pero, desde antes, el tema está: en las marchas, con los pañuelos verdes como emblema. En los medios: en el prime time televisivo, los programas populares de la tarde. El debate por la despenalización del aborto es un tema instalado en la agenda nacional, y en las escuelas, especialmente en el último año, cobró más fuerza que nunca, coinciden docentes y especialistas.
Pero ¿cómo se aborda un tema complejo, delicado, con múltiples interpretaciones y aristas, en las aulas? Primero, a través de los contenidos del programa que plantea la Ley de Educación Sexual Inicial (ESI), sancionada en 2006 y que incluye en los cuadernillos de nivel secundario especificaciones sobre los derechos sexuales y reproductivos para discutir en clase. Pero “la generalización se hace muy difícil: es aún un tema invisibilizado, tabú. Se aborda, a veces, por iniciativa de los docentes; pero muchas otras, en su mayoría, generadas por inquietudes de los alumnos”, dice Cecilia Valeriano, de la Fundación Huésped, ong que presentó una encuesta sobre ESI a nivel país (ver aparte). En eso coincide Florencia Lafforgue, profesora especializada en ESI de nivel terciario y miembro de Docentes x el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, integrantes de la campaña nacional que trabaja por ese tema a nivel país. “Hay mucha inseguridad entre los docentes con ese tema. En el profesorado (de formación docente), las alumnas –en su mayoría, mujeres– vienen recién egresadas del secundario y traen poca experiencia: muchas dicen que les pasaron diferentes versiones de El grito silencioso, pero pocas veces dicen ‘debatimos el tema’. Forma parte de lo que llamamos currículum omitido, que la ESI contempla, y se puede y se debe tratar”, explica.
Herramientas. En la Ciudad de Buenos Aires, el colectivo docente de la campaña –que trabaja desde hace más de cuatro años– organiza y da periódicamente talleres y charlas en escuelas –como el ILSE, el Carlos Pellegrini–; y en el Colegio Nacional de Buenos Aires esta semana hubo debates a partir de la presentación del proyecto de ley. Pero “no es lo mismo en CABA o en Formosa, donde cuesta hasta trabajar las partes del cuerpo, y las familias reclaman. Solo aparece en Ciencias Naturales. En otras partes, se habla de la representación de la maternidad, se puede trabajar desde otro lugar. Si hay voluntad, no es imposible. Es un tema resistido y que da miedo, pero hay docentes que lo trabajan”, explica Lafforgue. “No hay generalidades. Hemos recibido consultas de una escuela religiosa donde habían visto métodos seguros y derechos reproductivos a partir de la demanda de los estudiantes”, agrega.
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El próximo sábado 7 de abril harán un taller abierto para docentes y alumnos y elaboraron una guía para docentes sobre el derecho al aborto que puede descargarse desde la página de Facebook del colectivo. El material es un facilitador de recursos para todos los docentes que se enfrentan a situaciones de embarazo de sus alumnas, y da orientación sobre la legislación que ya existe y lo contempla en diferentes instancias en varias provincias.
Sin embargo, según el estudio de Huésped, los mismos docentes indican que frente a situaciones de embarazo en su escuela secundaria, lo que predomina es el debate entre los propios estudiantes (45%). Solo el 39% menciona algún abordaje por parte del personal de la institución (docentes y preceptores) y el 38% indica directamente que no se habló del tema.
“Es muy necesario instalarlo como contenido en la escuela, sin bajadas de línea, con argumentos y desarmando mitos, dando información. Es un tema delicado y todas las voces son válidas”, cierra Lafforgue.
Solo el 14% de los docentes planifica clases de educación sexual, según un informe de Fundación Huesped.
Según un estudio realizado vía redes sociales a docentes de nivel medio y estudiantes de todo el país por la Fundación Huésped, si bien el 96% de los docentes encuestados conoce la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), solo el 14% de ellos aplica los contenidos del programa con planificación dentro de sus materias. Y de los estudiantes, solo la mitad respondió que “conoce” la existencia de ese programa que ya lleva doce años desde su sanción, en 2006.
El informe detalla que, a pesar de que la ley “propone un abordaje transversal a todas las materias e incluye la promoción de derechos sexuales y reproductivos, y comprende también los aspectos psicológicos, sociales, afectivos y éticos, tanto docentes como estudiantes identifican la educación sexual integral primordialmente con temas biológicos”.
“A los docentes les aparece el miedo de no saber qué hacer”, explica Cecilia Valeriano, coordinadora del programa de Movilización Social y Redes de esa ONG. El informe revela que “existe voluntad por parte de los docentes en aplicar la ESI, aunque en el 57% de los casos indicaron que buscaron información por sus propios medios. Y la mayoría admite, además, que los temas aparecen ante demandas o charlas espontáneas surgidas con los alumnos”, explica. Donde hay que poner la mira, dice, es en que más allá de los contenidos del programa –que son amplios y diversos– “uno de los problemas a nivel nacional es que el foco está puesto en gran parte en la capacitación docente, y falta que se le dé institucionalidad al proceso; que haya directivos e inspectores que lo respalden y acompañen”. “El desafío de la educación sexual es el enfoque, la sensibilidad; porque los chicos la información la traen”, resume.
