SOCIEDAD
Amor de Internet

La historia de Ayra, una filipina que no consigue entrar a la Argentina y no le explican por qué

Está en pareja con un uruguayo ciudadano argentino que mueve cielo y tierra para que su novia consiga el visado.

Ayra
Miguel Facal y su novia Ayra | Cedoc

Miguel Facal es un dentista uruguayo que reside en Argentina. Hace un tiempo está en pareja con Ayra, una mujer filipina. Se conocieron por internet y hace poco él viajó a Filipinas para conocer a la familia de su novia.

Al país asiático Miguel viajó con la ciudadania española, una de las tres que tiene, junto con la uruguaya y la argentina. Según le comentó a este medio no tuvo ningún problema para quedarse allí durante el tiempo que duró su estadía, algo menos de un mes. De acuerdo a lo relatado por él, cualquier argentino que quiera ir a Filipinas no tendría problemas para entrar y quedarse como turista, pero la situación no es recíproca. 

Ayra, la pareja de Miguel intentó conseguir la visa para ingresar a la Argentina pero fue rechazada "sin un motivo claro y concreto". A la mujer que pasó dos años trabajando en Qatar bajo condiciones que rozan la esclavitud -más de 12 horas diarias con una sola hora de descanso- le interpusieron escollos burocráticos que complicaron su ingreso a la Argentina, un cometido que todavía no logró. 

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De acuerdo a lo relatado por Miguel, en los consulados argentinos Ayra no recibió un trato agradable. Incluso, otras filipinas recibieron gritos por parte del cónsul o frases del estilo "nunca vas a conseguir una visa para este país". Además le cobraron 150 dólares por adelantado que no le devolvieron cuando la visa fue denegada. 

Los motivos esgrimidos para rechazar su ingreso al país fue la falta de un empleo, a pesar de que tuvo uno en Doha, en el cual vivía en condiciones pésimas. Incluso también se exige una cuenta bancaria, requisito con el que Ayra contaba, producto del dinero obtenido en su experiencia qatarí. 

Incluso Miguel pensó darle trabajo en su consultorio, pero, explicó a Perfil, necesita diecisete papeles para ingresar un trabajador desde el exterior, además de tener que recurrir a un abogado registrado en migraciones. Allí fue donde le sugirieron casarse, lo que Facal considera un despropósito por parte del Estado argentino o una unión convivencial para la que necesita comprobar dos años de concubinato. 

Ayra continúa en Uruguay, viviendo con su suegra con un permiso por tres meses,  a la espera de la aprobación de su visa para ingresar como turista a nuestro país, ya que Facal explicó "si decís que es tu novia te miran mal por la posibilidad de que se quede, si no es tu novia te piden una reserva de hotel".