La mejor "cucina italiana" a beneficio del Hogar Don Guanella
El Consulado General de Italia en Buenos Aires realizó una cena solidaria con un menu ideado por los mejores chefs. Fotos.
El cónsulo Smimmo comparte el escenario junto a Varano y los máximos referentes de la cocina italiana. |
Gentileza Consulado de Italia en Buenos Aires.
Con el apoyo de la Embajada de Italia, el Consulado General en Buenos Aires realizó una cena benéfica con el fin de recaudar fondos para el “Hogar Don Guanella”, una institución geriátrica de la Congregación de la Obra de los Siervos de la Caridad, localizada en Tapiales y en actividad desde el año 1939.
La cena tuvo lugar el pasado lunes 12 de noviembre y contó con la presencia del Embajador Giuseppe Manzo y de numerosas personalidades del mundo periodístico y del espectáculo.
Los principales chefs italianos de Buenos Aires aceptaron idear un menú “tricolore” que llevó a los comensales a través de un ideal camino culinario típicamente italiano.
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Fátima Flórez, la artista sorpresa de la cena benéfica de este año.
Los chefs italianos fueron: Mauro Crivellin de “Mauro.it”– Federico Scoppa de “Core” – Alberto Giordano de “Ike Milano”, Leonardo Fumarola de “L’Adesso”, Paolo Spertino de “Renatto”, Maurizio De Rosa de “Pizzeria San Paolo”, Pedro Picciau de “Italpast”, Roberto Ottini de “AltraCosa viandas” y Donato De Santis de “Cucina Paradiso”.
El evento se denominó “Solidaridad que une 2018” y fue el segundo de este tipo, luego del realizado el año pasado a favor del Patronato Italiano. En esta ocasión también hubo una sorpresa artística y se trató nada menos que de la actriz e imitadora Fátima Flórez.
Chefs italianos: Paolo Spertino, Alberto Giordano, Donato de Santis, Mauro Crivellin, Maurizio de Rosa, Federico Scoppa, Roberto Ottini.
La tarea solidaria del hoger Don Guanella
El “Hogar Don Guanella” hospeda actualmente en condiciones más que dignas a más de 50 ancianos, de los cuales diez italianos, asistiéndolos en sus necesidades cotidianas, brindándoles tratamientos médicos en caso de necesidad y, sobre todo, promoviendo un espacio colectivo en el cual los mismos ancianos puedan sentirse motivados física y espiritualmente, alejándolos de los peligros de la soledad y de la depresión.
La estructura se autofinancia parcialmente con las cuotas mensuales de los hospedados y con donaciones, pero no dispone de recursos propios o estatales que les permita cubrir la totalidad de los costos.
