SOCIEDAD
Debate tico

La obsesión por el dinero

Hay casos que de sólo escucharlos parecen increíbles. Parecen calcados de una película de suspenso en la que se traman millonarias y astutas estafas. Pero no. Son reales. Y les pasan a personas reales, esas de carne y hueso.

default
default | Cedoc

Celia Peñalba es una de ellas. Y aún hoy no puede creer que le haya tocado a ella. José Abadi es médico psicoanalista (primo del casi homónimo José Eduardo Abadi) y está acusado por Celia y otros ex pacientes por estafa y manipulación. Hoy, después de una larga batalla judicial, su caso está por llegar a juicio oral.

Las palabras salen una tras otra de la boca de Celia y revive su angustia: “ El le vació la cabeza a toda mi familia al mejor estilo secta. Igual que un lavado de cerebro”. Tanto ella, como su marido y sus hijos pasaron por su diván, hoy Celia asegura que Abadi “ usó su profesión para estafar”. La fiscalía calcula que el psicoanalista llegó a cobrar sólo por las sesiones hasta 6.500 dólares. “También vació una cuenta bancaria de mi marido en Nueva York”, agrega la denunciante.

El año pasado se sumó otra sentencia por una estafa. La Cámara Civil condenó a un psicoanalista a devolver a una paciente 75 mil dólares que había recibido en concepto de adelantos de honorarios. Había exigido que se le pagara tres años y medio de sesiones antes de realizarlas. El fallo asegura que “toda relación económica o comercial entre el psicoanalista y el paciente constituye un acto contrario a la ética profesional y que el adelanto de dinero constituye una ‘ privación ilegítima de la libertad’ en el ámbito de los derechos personalísimos”.