María Laura Groba baja del complejo Terrazas de Manantiales hacia la playa. Lleva un sombrero
claro, gafas para el sol y una camisola blanca que cubre un cuerpo que, minutos más tarde, se
revelará escultural. Quienes conocen a “Malala”, la novia del jefe de Gobierno porteño,
Mauricio Macri, saben que tiene
una primordial obsesión: el cuidado de su piel. Fanática de las cremas corporales
de primeras marcas y muy minuciosa para elegir qué productos utilizar en su rostro, su laboriosidad
estética redunda en una catarata de elogios hacia su belleza.
Ella se sorprende –y parece orgullosa– cuando algún allegado galante
la compara con la bella Carla Bruni, esposa del presidente francés Nicolás
Sarkozy, un paralelismo que es aplaudido por los encargados de Comunicación del PRO, quienes
fomentan unir la imagen de Macri con la “centro-derecha racional” que representaría el
líder galo.
Groba llegó a Punta del Este luego de las Fiestas y se instaló con su hermana en el
departamento de Mauricio en Manantiales, donde el clan Macri pasa sus veranos. Ella frecuenta a su
familia política, pero intenta mantener una agenda propia. Malala se tomará unos días de
relax lejos de su novio, que luego de un complicado fin de año para su gestión,
decidió hasta el momento evitar las tierras uruguayas para no generar imágenes polémicas que
afecten su devenir político.
NOTICIAS la descubre, sonriente y sexy, camino hacia una tarde de relax y mar.
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias .