SOCIEDAD
insolito giro en un caso que lleva dos semanas

Liberaron a tres de los siete rugbiers presos, pero deben quedarse en Brasil

Los otros cuatro jóvenes seguían detenidos, a pesar de que los abogados que los representan habían presentado dos hábeas corpus para exigir su excarcelación ante un juez de turno.

Equipo. Los jugadores de Los Ceibos, en Río, antes del incidente. <br>
| Cedoc

En lo que parece más una novela de enredos que una causa judicial, al cierre de esta edición, Tomás Fernández, Hernán González y Adrián de Donato, tres de los siete rugbiers detenidos como parte de una pelea que resultó en una agresión a un policía de civil en un bar de Río de Janeiro, habían sido liberados del penal de máxima seguridad en Bangú, a unos 200 kilómetros de la ciudad carioca. Los otros cuatro jóvenes seguían detenidos, a pesar de que los abogados que los representan habían presentado dos hábeas corpus para exigir su excarcelación ante un juez de turno.

Quienes siguen presos son el capitán del equipo del club Los Ceibos, Patricio Velázquez –que lleva 14 días en Gericinó– y Fermín Ibarra, Ignacio Iturraspe y Matías Tapia Gómez, los tres jóvenes que originalmente no habían sido encarcelados pero fueron detenidos tras ser bajados de un avión el miércoles por la noche, mientras intentaban regresar al país con una autorización dictada por otro magistrado. Ese permiso se dictó por “falta de mérito”, ya que ninguno de ellos estaba siquiera dentro del local en el momento de ocurrir la pelea, según arrojaron los videos de las cámaras de seguridad del bar presentados como prueba por su abogado.

En un giro insólito, la jueza que lleva el caso, Gisele Guida, ordenó entonces su arresto argumentando “intento de fuga” y los tres rugbiers fueron bajados del avión listo para despegar rumbo a Buenos Aires junto con el padre de Iturraspe y trasladados el jueves a la madrugada al penal, donde quedaron –y aún siguen– detenidos. “Es insólito lo que está sucediendo: ellos pasaron por Migraciones en el aeropuerto de Río con un hábeas corpus judicial, por lo que es imposible argumentar que estuvieran intentando fugarse”, dijo ayer a PERFIL un familiar de uno de los deportistas. “Ahora tienen que fijar domicilio en Brasil y el proceso puede llevar de seis meses a un año y medio. Estamos desesperados”, aseguró.

Pruebas. Los mismos videos demostraron, según dijo ayer Agustín Iturraspe, hermano de Ignacio, que “sólo dos de los siete estuvieron efectivamente involucrados en la pelea, y que no fue ninguno de ellos” quien dio el golpe que resultó con la mandíbula fracturada del policía (ver aparte). Según aseguró otra fuente a PERFIL, el agresor habría sido otro de los miembros del equipo, cuya identidad no quiso revelar, que había regresado  con la comitiva original a la Argentina tras el incidente y que “ya se puso a disposición” de la Justicia brasileña, aunque aún no fue citado para presentarse a declarar en Río.

Los familiares aseguraron que los cuatro jóvenes que  quedan presos siguen allí por “errores ortográficos” en los hábeas corpus y esperaban una solución inmediata.