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Los detalles y pedidos en la confección de la banda presidencial

La Sastrería Militar se encarga de su producción. Guardia 24 horas, costoe intimidades. El incómodo requisitode Cristina.

Cristina es reelegida por el 54 por ciento de los votos.
| Clarin

Los días previos rumbo a la asunción de Mauricio Macri entraron en ebullición. Amenazas a Pallarols, que le entrega el bastón a la Virgen, que Cristina Fernández se bajó del traspaso. Todo condensado en dos semanas. Lejos de los medios, un equipo anónimo de no más de cinco personas trabajó a destajo con hilo y aguja en mano para confeccionar la banda presidencial que lucirá el líder de Cambiemos. 

Dos emisarios de la Sastrería Militar, días atrás, le tomaron las medidas al presidente electo, Mauricio Macri. La atención fue “rápida, discreta y sin pedidos especiales”. La puesta a punto de la confección de la banda presidencial se prolongó por dos semanas. Su costo, según estimaron fuentes cercanas al ámbito, es de 50 mil pesos.

El grupo de cinco trabajadores (cuatro mujeres y un hombre) se encargó, en sus turnos de seis horas, además, de realizar las bandas de los mandatarios provinciales. Por caso, la gobernadora electa de la Provincia, María Eugenia Vidal, según comentaron fuentes, solicitó una “banda más sencilla con menos canelones de oro”. Una guardia armada, en tanto, custodió día y noche los atributos de los mandatarios electos en la Sastrería, ubicada en Las Cañitas.    

Materiales. Las bandas presidenciales están compuestas de gros de seda, una borla que lleva cerca de sesenta canelones de oro y el sol, que cuenta también con hilos bañados en el mismo metal precioso. 

Caprichito e importación. En 2007, la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sorprendió a más de uno en la Sastrería Militar con su pedido. “Quiero cambiar el gros de seda por terciopelo”, expuso sin vueltas la mandataria su deseo, motivado por un recuerdo de la banda que había lucido en el Colegio. 

El pedido de la esposa de Néstor Kirchner provocó perplejidad. Las importaciones de insumos comenzaban a oxidar sus trabas y reconocieron allegados a la Sastrería: “Fue muy difícil conseguir el material y hubo que pedirlo a un proveedor especial”, afirmaron en diálogo con Perfil.com. Pero la “Jefa” quedó contenta… que era lo importante. 

(*) Subeditor en Perfil.com.