SOCIEDAD
Turismo

Mística y relax caribeños en Puerto Viejo

Vegetación tropical exótica, mar turquesa cristalino y la cordialidad de los “ticos”.

En Costa Rica no existe invierno ni verano sino las temporadas lluviosa y seca.
| Cedoc

Puerto Viejo combina lo mejor del Caribe con un fuerte toque cosmopolita. Antiguamente fue un caserío de pescadores, hoy un pintoresco pueblo costero que congrega a personas de todo el mundo. La potencia de la naturaleza fue “jalando” a gentes de de todas las razas y culturas y hoy conviven representantes de sesenta regiones del planeta en una atmósfera caribeña relajante. De la combinación de culturas resulta una mística muy seductora, que se expresa en multiplicidad de propuestas terapéuticas alternativas asociadas a la explosión de espiritualidad que se ha convertido en un fenómeno curioso de nueva consciencia planetaria, como clases de todos los estilos de yoga, meditaciones o ceremonias de sanación de corte oriental.

Arquitectura rústica. Puerto Viejo no tiene un solo edificio alto; conserva la arquitectura tradicional con construcciones de madera y techos de tejas a dos aguas o inclusive de paja. Las calles rústicas están regadas por pequeños comercios artesanales, un banco, dos farmacias, tres supermercados e infinidad de bares que ofrecen tragos frutales de día y combinaciones menos naturales por la noche.