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Monseñor Laguna habló sobre el incómodo tema Grassi

En Mar del Plata, se refirió al caso del cura acusado de abuso sexual, y dijo que es su “amigo”. Apoyo, culpas y demasiados abogados.

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| Eduardo Gimnez / Noticias
Si es cierto lo que dicta el refrán, eso de que "al que madruga, Dios lo ayuda", entonces Justo Oscar Laguna, monseñor emérito de Morón, debe estar solicitando algún tipo de asistencia celestial. Ni siquiera el 1 de enero, el octogenario religioso evitó levantarse al alba. A las 7.30 de la mañana ya estaba caminando por las calles de Mar del Plata, donde decidió pasar las Fiestas con su hermana "Chola", que hace años vive en la ciudad.
 
El fin del 2008 encontró a Laguna envuelto en una polémica que desde hace años parece incomodarlo. La de su vinculación con el sacerdote Julio César Grassi, que enfrenta la etapa final de un juicio por abuso sexual contra menores bajo su guarda en la Fundación Felices los Niños. El testimonio de Laguna podría tener relevancia, pero él no quiere saber nada con tribunales.
 
NOTICIAS logra dialogar con el religioso en las calles de Mar del Plata, y se lo ve incómodo. "Grassi es mi amigo", dirá Laguna, empeñado en no inmiscuirse en un tema al que no le agrada referirse.
 
- El testigo Enrique Stola, psiquiatra de dos de los jóvenes que acusan a Grassi por abuso sexual, declaró en el juicio que usted dijo tenerle miedo al sacerdote. ¿Grassi lo amenazó para que no declare?
 
- Eso es mentira. No le tengo miedo ni me amenazó. No entiendo por qué el abogado querellante Juan Pablo Gallego miente, como lo hace este testigo que me menciona. Me extraña, porque yo a Gallego también lo recibí muy amablemente.
 
- En noviembre, cuando usted estaba a punto de ser llamado a declarar, recibió a Grassi en su domicilio. ¿Para qué?
 
- No sé por qué no podría recibirlo. Me ve con cierta habitualidad. No hace mucho, hace 20 días, creo que fue la última vez. Antes no había venido por un tiempo. Y su trato siempre fue cordial. Yo hace cuatro años que no soy obispo, soy emérito y creo que puedo recibir gente en mi casa. He recibido a abogados, periodistas y fiscales, también.
 
- Pero no me dijo para qué fue Grassi.
 
- No te puedo decir que fue por alguna razón en especial, querido. No recuerdo. Lo que sí, lo encontré caído, pobre.
 
El 7 de noviembre pasado, Laguna recibió a Grassi en su domicilio, cinco días antes de que el monseñor tuviera que ser citado a declarar en los tribunales de Morón.
 
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias .