SOCIEDAD
Villa Luro, VilLa Santa Rita y Floresta

Once días después de la tormenta, aún quedan vecinos y escuelas sin luz

Hubo 2.100 alumnos sin clase. El Gobierno asegura que el lunes retornarán a las aulas. Edesur promete resolver hoy los inconvenientes.

A oscuras. Sergio Díaz, Adrián Ochoa y su hija Agustina, tienen que acostarse al anochecer.
|

Es cuestión de acostumbrarse a leer con velas, al zumbido del generador y a bañarse en la casa de un vecino. Para muchos, cuando se corta la luz, no se sabe cuándo volverá. Y el temporal empeoró todo: once días pasaron desde las inundaciones y algunas viviendas continúan sin electricidad en al menos tres barrios porteños.

“Nos vamos a dormir cuando empieza a anochecer, a las siete de la tarde. Estamos un rato con la nena en nuestro cuarto hasta que se duerme y después cenamos sándwiches, pizzas o comida de rotisería. Uno se cansa de comer siempre lo mismo, pero en los primeros días de corte tuvimos que vaciar el freezer completo”, relata Adriana Ochoa vecina de Villa Santa Rita, uno de los barrios más afectados.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Embarazada de cinco meses y con una hija de cinco, el problema se hace más apremiante. Sin embargo, sus reclamos aún no tuvieron respuesta: “Llamé varias veces a Edesur y ahora me dicen que no saben cuándo va a volver la luz. La semana pasada, al menos, me decían que iban a solucionarlo en el día, pero ahora ni siquiera eso”.

Villa Luro y Floresta también tenían hasta ayer vecinos sin luz. Otros barrios como La Paternal, Saavedra y Villa del Parque, tuvieron cortes hasta el jueves, unos diez días, pero fueron paulatinamente solucionándose.

Sobre la calle Joaquín V. González, casi en diagonal a Adriana, Pablo Devoto tuvo un poco más de suerte. Su casa tuvo luz de forma intermitente, sólo unas pocas horas por día durante diez días, pero ayer volvió. Con dos mellizos de un año y medio que bañar, sólo que retorne el agua fue un alivio, aunque un pico de alta tensión le haya quemado el lavarropas.

Escuelas sin clases. La situación afectó particularmente a las escuelas públicas. En el peor momento, llegó a haber 52 colegios sin luz. Si bien la mayor parte de lo casos, ya se solucionó hasta ayer quedaban cerca de 2.100 alumnos que no concurrieron a clases durante toda la semana.

La escuela de Comercio Nº30 Esteban Gascón, en San Blas al 5300, estuvo sólo dos días sin electricidad, desde el inicio de la tormenta, pero desde hace once que no tiene agua. “El sótano se inundó unos setenta centímetros, suficientes para dejar sin funcionamiento a las bombas que llevan el agua potable a los tanques de la terraza y sin agua no se pueden dictar clases”, explicó la rectora Teresa Ramil. Entre los dos turnos a esa escuela concurren unos 700 alumnos.
En Floresta, la escuela Justo José de Urquiza, de Condarco al 200, tampoco tiene luz, ni clases, desde el 3 de abril.

Según informaron las autoridades, la tormenta afectó más que las bombas de agua: cuando se intentó restablecer el suministro eléctrico, el resultado fue un principio de incendio.
“Si bien las bombas se repararon, aún no podemos comprobar si funcionan bien porque Edesur no nos suministra energía”, señaló la rectora Claudia Viola, que también vive sin luz en su casa desde hace diez días. “Mi zona, cerca de Cuenca y Alvarez Jonte, fue una de las más afectadas”, se queja.

El subsecretario de Gestión Económica del Ministerio de Educación se quejó: “Estamos haciendo un esfuerzo enorme para dar soluciones a las escuelas, pero ahora necesitamos que nos acompañen las empresas de energía eléctrica”.