SOCIEDAD

Para los ilustradores gráficos, el ataque "es el 11S al humor"

Historietistas argentinos,conmovidos por el atentado.“No dejemos que el miedo penetre los medios”, lanzó Rep. Landrú,Sendra y Berlich.

Landrú, Sendra y Rep. Tres generaciones de la sátira ilustrada reflexionaron sobre el atentado a Charlie Hebdo.
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Un llamado telefónico a primera hora del día le trajo la peor noticia. “Me lo contó una amiga francesa, sentí estupor, dolor, bronca”. Así relató a Perfil.com el humorista gráfico Miguel Repiso cómo se enteró del atentado a la revista Charlie Hebdo donde murieron dos conocidos suyos, los dibujantes Charb y Wolinski, sólo dos de las 12 víctimas del atentado donde, para los ilustradores argentinos, “se terminó el humor como espacio de completa libertad editorial”.

En diálogo con este portal, distintos referentes de la sátira dibujada analizaron el ataque sin precedentes que sufrió el magazine francés. “A partir de hoy el humor es tan peligroso como el periodismo de investigación, no sé en Francia, pero aquí hay que tratar de que el miedo no penetre los medios”, pidió Rep, multipremiado ilustrador de Página/12.

El historietista Fernando Sendra no podía creer, a la mañana de hoy, que el blanco de ataque sea una revista de humor. “Cuando me enteré que había 12 muertos en un atentado pensé que era otro tipo de chifladura, no que le habían dado semejante golpe a Charlie Hebdu, una gran revista que incluso a través de una viñeta ya había ironizado sobre este ataque”, explicó.

El guionista, que publicó en Editorial Perfil, Página/12 y Clarín, entre una decena de medios impresos, analizó que “el humor es el campo con mayor libertad de expresión en el mundo, lo decía Julián Assange hace pocas semanas, y me parece muy cierto”. Y explicó: “Los dibujantes tenemos ventajas respecto a los redactores, habitualmente los jefes de redacción vienen de la escritura, por eso agarran textos y los editan, a nosotros nos contratan o nos echan, pero no nos andan corrigiendo publicaciones”.

El humor, arma filosa. Sendra, además, sostuvo que la ironía que pueden llevar las ilustraciones muchas veces es más contundente que una investigación. “Es el arte de mostrar cosas sin decirlas, por lo que se hace más difícil editar afirmaciones o refutar oraciones, a la vez que va directo al grano, a donde duele”, analizó. “Por eso yo creo que esto es el 11 de septiembre del humor y la sátira”, continuó.

“En la dictadura yo pude trabajar como si nada, enviaba mis ilustraciones tranquilo, hacía un personaje que se burlaba del autoritarismo, Comeni se llamaba”, contó, en diálogo telefónico con este portal. “Un día me llamó el jefe de redacción, me dijo que piense lo que estaba publicando, yo le dije que él era el responsable de publicarlo, que yo no me iba a censurar. En ese momento me echaron, hoy agradezco que haya pasado solo eso”.

Juan Carlos Colombres, el ilustrador de 91 años que quedará en la historia como Landrú, advirtió: “Todo dibujante, si no defiende la libertad, no puede hacer humor”. El humorista sostuvo que “todo chiste es una crítica. El más inocente de los chistes a la suegra es una crítica. Chistes a favor no se pueden hacer: nunca hice chistes ni a favor ni en contra, yo siempre hice chistes”.

Al igual que Sendra, Landrú se quedó sin trabajo durante la última Dictadura militar. “Recuerdo cuando censuraron Tía Vicenta en 1966. A Ongania le decía la Morsa y se enojó muchísimo por un dibujo que le hice en la tapa en la que aparecían dos morsas con bigotazos. Y me cerró la revista”, contó a Perfil.com.

“Todo esto da la pauta de que para el poder duele más una sátira que un texto de investigación, porque yo puedo agarrar a un personaje político y dibujarlo como satanas, y es un chiste, pero un redactor está atado a otras reglas”, analizó el dibujante Bernardo Erlich. Para él, no hay otra forma de entender esto: “Parece algo absurdo, pero estremece, es un mensaje claro de un grupo de gente que dice ‘si te metes conmigo, te mato’, incluso desde el humor”.