Parchís, el cerdo que pasó del podio a la parrilla

A veces no se puede escapar del destino. Y aunque se logre forzar al máximo las posibilidades, el final que estaba previsto termina cumpliéndose a rajatabla.

Así parece confirmarse con la historia de Parchís, el cerdo de 7 meses que se impuso en la Carrera de Chanchos que se realizó en Colonia Caroya, provincia de Córdoba, el domingo pasado.

Miles de personas acudieron a disfrutar de la competencia y de la verdadera fiesta popular que se realiza todo los años en el Museo Casa Copetti, con música tradicional italiana y el sonido de los acordeones de fondo, según informó en su edición de hoy el matutino cordobés La Mañana.

Al parecer, aunque el animal se destacó en su velocidad y triunfó por sobre los otros ejemplares, sus dueños planean carnearlo. Festejarán de esta manera el primer puesto que obtuvo. Del podio, pasará a convertirse en salame o a arder en una parrilla, convenientemente sazonado.

El triunfo no fue sencillo. El animal fue intensamente entrenado por Emmanuel Prosdócimo, un experto en porcinos de competencia que sometió a su pupilo a una severa dieta y a pruebas de todo tipo.

Con 58 kilos de peso y 7 meses de vida, Parchís, se impuso por sobre otros contendientes, como Cirrosis y Bala Perdida. La carrera fue peleadísima, pero finalmente el campeón logró llegar primero.

“Parchís recibirá un buen baño como premio y después quizás pase a una mejor vida convertido en salames o a la parrilla. De pasó nosotros festejaremos el triunfo con un buen banquete”, se regodeó su entrenador.

Doce fueron los chanchos anotados en la competencia. Los participantes en la carrera tuvieron que demostrar su velocidad en las distintas series clasificatorias y la gran final que fueron fiscalizadas por la Asociación Caroyense de Corredores de Chanchos (ACCC).

El recorrido que los cerdos debían transitar incluyó zonas de barro, en donde los animales –confundidos- descansaron “chapoteando”, en vez de continuar con la carrera. Parchis fue el que menos atención le prestó a este placer porcino y por eso se impuso en la competencia.

Pese a su férrea disciplina deportiva y a su tesón para imponerse sobre sus once contendientes, el joven Parchís no podrá escapar a su destino de embutido o a su final en las brazas, todo sea para el disfrute de los humanos que festejarán el primer puesto con un suculento banquete que lo tendrá como plato principal.