SOCIEDAD
la ley porteña no lo regula

Polémica por el recargo para compartir un plato

Más restaurantes lo cobran y los comensales se quejan: según Adecua, las denuncias subieron 20%. Los dueños argumentan costos operativos.

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Uno para dos. Dependiendo del lugar y el precio promedio, los cobros adicionales van desde $ 35 hasta casi $ 100. | aballay

A la hora de comer afuera, no importa si es por economía o cuidado personal que se elige compartir un plato. Sin embargo, a la hora de pagar, cada vez más restaurantes cobran un adicional al precio de lista, que cambia, según explican los gastronómicos, en proporción al valor del plato. Mientras que los dueños de los restaurantes justifican ese cargo “por gastos operativos”, los clientes se sorprenden y, en muchos casos, se quejan. Y aunque la ley porteña no lo prohíbe –hay un proyecto en la Legislatura para lograrlo (ver aparte)–, sí establece que tiene que estar aclarado en la carta.

Esa costumbre existe en algunas otras ciudades del mundo, como Nueva York o Madrid, pero no se ve en América Latina. Y aparece en todo tipo de establecimientos, desde los más exclusivos hasta en pequeños cafés y bares. Algunos casos no son nuevos: en Kansas se cobra “un 5% sobre el valor del plato promedio, desde siempre”, según dijeron a PERFIL, y en Novecento cobran $ 85, que equivale a aproximadamente un 34% del valor promedio del plato, que ronda los $ 250.

En otros locales pueden alcanzar hasta un 10% del valor. “Los precios de los productos en una carta no se miden sólo por el costo que generan los ingredientes: también entran en juego el servicio de mesa, y en el caso de compartir el menú, la doble vajilla, mantelería y lavado”, explica Miguel Pekerle, encargado del Café del Botánico, donde cobran $ 45.

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La misma situación se da en Schwartz & Berg, en Palermo Soho, donde cobran $ 35 el cubierto y otro tanto más si se comparte el plato. “El recargo no vale si además de un plato compartido se agrega una entrada. No hay una norma estricta y se ve cada caso en particular”, cuenta Jorge Szwarcberg, dueño del lugar. “En general, todo lo que venga cargado en el precio de los platos es percibido por los comensales como algo brutal y descortés, y genera resistencia”, explica Marcelo Crivelli, responsable de Buena Morfa Social Club, un grupo de Facebook donde 40 mil miembros debaten sobre gastronomía. Crivelli entiende que los restaurantes tienen que “hacerse cargo de gastos que a simple vista no se ven, como alquileres y sueldos”.

Hecha la ley... La ley 4407/12 establece que, en la Ciudad, todos los locales que cobren “cubierto” tienen que garantizar al cliente un vaso de agua, una panera con productos tradicionales y aptos para celíacos, y sal convencional y libre de sodio. Pero no existe ningún artículo que prohíba el recargo adicional por compartir un plato.

Sin embargo, desde Adecua explican que los comensales deben “conocer de antemano las condiciones y reglas” de un lugar para evitar malos momentos. “Si ese recargo no está explicitado en la carta, de forma clara y visible, no se puede cobrar”, afirma Sandra González, presidenta del organismo. Y asegura: “Si bien no tenemos identificados cuántos establecimientos agregan ese plus, en el último año las denuncias por ese tema aumentaron casi un 20%”.

Es que muchos clientes lo viven como un abuso, y no sólo lo denuncian sino que además lo expresan en las redes sociales y apps de viajeros. “De nada sirve un lugar cálido y bien ambientado cuando un restaurante hace algo tan poco profesional como cobrar un adicional por compartir. Una vergüenza”, escribió una usuaria en la web del sitio TripAdvisor, sobre el Café del Botánico. “Qué raro, nunca lo había visto en ningún lado, ¿será un invento local?”, escribió un visitante chileno.

 “La solución podría ser incluir ese costo extra directamente en los valores de los platos y así cubrir los gastos que el restaurante necesita y evitar el descontento del cliente”, concluye Crivelli.


Qué se hace en el mundo

En Nueva York, el adicional por compartir plato generó debate: hay lugares como el tradicional Carnegie Deli que aclara que cobra 3 dólares por hacerlo. Y varios comensales dicen que en otros espacios eso también sucede. La tendencia también llegó a España, donde cada vez son más los restós que cobran un plus, que va desde los 2,50 a los 5 euros, por plato compartido. El caso que más llamó la atención fue el de La Tetería El Bosque, en Aragón, que ya cobraba un extra de 5 euros por plato compartido y el año pasado avisó a sus clientes que, como nueva regla del lugar, a partir de ese momento cada plato era personal, intransferible y estaba prohibido compartirlo. En América Latina es una costumbre que no se ve en ninguna ciudad.