Cuando se mudó a Buenos Aires desde 9 de Julio para estudiar Diseño Gráfico, María Lobianco Criado (21) eligió la Universidad del Salvador. Pero este año, con $ 10 mil de cuota, los gastos de materiales y el alquiler, tomó una decisión que también modificó su plan original de carrera: se pasó al CBC para cursar en Ciudad Universitaria la carrera de Arquitectura en la UBA. “Me encontré con algo imponente, porque el nivel académico es más intenso y, aunque muchos piensen que el CBC es una pérdida de tiempo, en el primer mes aprendí muchísimo”, dice ahora.
Este año, la cantidad de ingresantes al Ciclo Básico Común (CBC) de la Universidad de Buenos Aires volvió a lograr un récord histórico. Las clases, que comenzaron a principios de abril, tuvieron un total de 61.700 nuevos alumnos, 3 mil más que el año pasado y casi 10 mil más que en 2017, cuando se inscribieron casi 53 mil estudiantes. Desde la casa de estudios explican que el fenómeno no solo se da por el prestigio –nacional e internacional– de la UBA, sino también por la migración de los alumnos desde las universidades privadas hacia las públicas.
En este contexto de crisis económica, no pueden seguir con el pago de las cuotas. Por eso, las facultades privadas armaron planes de refinanciamiento en las cuotas y hasta préstamos en efectivo para retenerlos.
“El mayor traspaso de estudiantes de universidades privadas a la pública sucede en las carreras de Economía y Diseño”, cuenta Jorge Ferronato, director del CBC, que además pone énfasis en contener a los nuevos alumnos: este año, compraron 1.600 pupitres, repararon otros 700 e inauguraron nuevas aulas, como el Centro Regional Moreno o la sede que se encuentra en Lugano, que desde este ciclo lectivo está en pleno funcionamiento.
La cifra: 61.700 alumnos comenzaron el CBC este año. Son 10 mil más que los anotados en 2017.
Pero la decisión de cambiarse no es fácil: Leandro Videla (28) cursó en 2018 el primer año de Economía en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y sabía que para estudiar este año tenía que pagar el primer mes unos $ 19 mil, entre cuota y matrícula. “Lo que me frenaba la decisión de pasarme a la pública es que en una privada siempre tenés los mismos compañeros, y en la UBA rara vez te los volvés a cruzar en un aula”, dice. Ahora cursa de noche en la sede del CBC de Paternal.
Para Sophie Condina (20), que estudiaba en la Universidad Católica Argentina, el cambio fue porque le resultaron “insostenibles” los gastos adicionales a su carrera. Llegó a la Ciudad el año pasado, desde Caleta Olivia, para cursar Relaciones Internacionales. Aunque para la joven “la educación es una inversión”, cuenta que tuvo que dejar la facultad privada porque “no podía pagar, entre otras cosas, el menú de $ 300 de almuerzo cada día”. Por eso, este cuatrimestre empezó a estudiar Historia en la UBA y dice que aún se está “adaptando”. “No tuve una buena secundaria y el CBC es útil, porque iguala a los alumnos en los conocimientos”, explica.
La cifra: 30,7% de deserción se registró en la UADE, que armó un programa de ayuda a alumnos
Refinanciar la crisis. Las universidades privadas comenzaron a implementar mecanismos para que sus alumnos no abandonen sus estudios. Uno de ellos es UADE Te Acompaña, que se creó este año y alerta las dificultades de los alumnos. Mercedes Núñez, jefa de administraciones, cuenta que “de los 500 jóvenes que acceden al programa, 11% se debe a asuntos de pagos”. De las 6.500 inscripciones que tienen por año, hay un 30% de deserción. También dan 600 becas por año.
En la USAL, dicen que la tasa de deserción va en crecimiento: en el último año pasó de 150 a 200. Para que no abandonen sus estudios, ofrecen becas de hasta el 75%. Del total de 25 mil alumnos de esa casa de estudios, los que pagan la cuota completa son 19 mil.
En la UCA, se ofrecen préstamos en efectivo con la tasa de interés del Banco Nación. Los montos varían entre el 25% y el 85% del valor total del año lectivo y para acceder se debe tener un promedio de 7,5 o más.
