“No soy escritora, pero pasó que con el trabajo de campo que hice como nutricionista en estos años, quise transmitir todo lo que aprendí”, cuenta la nutricionista Romina Pereiro ante la prensa, en el marco de la presentación de su primer libro.
“¡A comer! Sano, fácil y rico”, de ediciones Lea, parte desde el objetivo claro de luchar contra la problemática de la obesidad infantil, y surge luego de años de experiencia de Pereiro de tratar a chicos que la padecieron: por eso el foco está puesto en ordenar ideas, brindar consejos prácticos y planes de alimentación para niños de entre 0 y 12 años.
En ese sentido, se plantea que la obesidad infantil se ha convertido en una pandemia a nivel mundial y que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, Argentina es actualmente el país con mayor índice de la región: el 40% de los chicos en edad escolar tiene problemas con su peso.
Alarma por el aumento de la obesidad en la infancia
En el segundo piso de El Ateneo Grand Splendid, la nutricionista de Como todo explica que no solo escribió desde su rol de profesional de la salud, sino también “como mamá de Violeta y Emma”, sus dos hijas. “Les hablo a los padres como Licenciada en Nutrición, pero también como mamá, porque es a través de ellos que podemos generar cambios de conducta en la alimetación de los chicos”, sostiene con seguridad.
“4 de cada 10 niños tienen problemas de peso. Estamos viendo niños de 6 años con enfermedades de adultos. Hay casos de papás que vienen al consultorio y me dicen ‘No, a él no le gusta esto, no lo va a comer’. Muchas veces no es que los chicos no quieren algo, a veces no les prestamos atención, no tenemos paciencia, o no se lo presentamos de otra manera. No se trata de imponer o forzar”, dice.
“En nutrición hoy hay sobreabundancia de información, pero es evidente que no es suficiente porque las cifras de obesidad siguen en aumento”, sostiene. Para ella, el desafío es ir al "cómo".
Para explicar la idea, Pereiro recupera un consejo que le dio hace tiempo el Doctor Alberto Cormillot, quien además de ser su formador en temas de obesidad escribió el prólogo del libro. “Él me dijo que hay que dejar de contar qué pasa e ir al cómo. ‘El qué está en todos lados, digámosle a la gente cómo mejorar los hábitos con objetivos chicos, para ir de a poco’”, recuerda que le sugirió.
Por eso cree que no se trata de grandes cambios, sino de intentar incorporar detalles puntuales que eventualmente conduzcan a mejorar hábitos de alimentación. Por eso también es que, a contramano de la idea de “restringir”, el libro desestima las prohibiciones y es una “invitación” a comer.
“Lo que propongo es no demonizar ni prohibir ningún alimento, todo se puede disfrutar en su justa medida, y los cambios tienen que ser graduales”, sugiere.
“¿Usamos la comida con nuestros hijos como premio o como castigo? ¿Los obligamos a terminar si o si el plato? ¿El momento de la comida se vuelve una negociación tensa?”, son algunos de los interrogantes para reflexionar que plantea ¡A comer!.
En el correr de las páginas— donde los mensajes van acompañados de gráficos, colores, e ilustraciones— se abordan temas como las porciones justas, las claves para una hidratación adecuada y se desmitifican varios conceptos, como la idea de “alimentos buenos y malos”, para luego finalizar con una serie de recetas simples y rápidas para que la familia pueda disfrutar de una alimentación más sana.
El libro, al hablar de obesidad infantil, cuenta además con el asesoramiento del Médico pediatra y Máster en Nutrición Brian Cavagnari, quien participó de la presentación. Para él, lo esencial del ejemplar reside en el modo en que se le habla a los adultos para concientizarlos sobre esta problemática.
“Es importante hablarle a los padres y que entiendan que son ellos los responsables de la alimentación de los chicos, sin colgarles una mochila con ese tema”, opina.
Además, resalta que en su mayoría las noticias y artículos de alimentación “hablan de una conducta de evitar alimentos: no comer sal ni azúcar, no tomar leche. Eso hace que hoy la gente le tenga miedo a la comida, y comer también es disfrutar, no es solo incorporar nutrientes”, dice. Y suma: “El libro apunta justamente a invitar a comer y a compartir ese disfrute de forma saludable”.
A.G./
