SOCIEDAD
furor por venta de merchandising y entradas anticipadas

‘Star Wars’: pagan hasta $ 10 mil por los íconos de la nueva película

Antes del estreno, fans argentinos compraron online muñecos, sables y objetos que aún no vieron. Organizan eventos solidarios vestidos de los personajes y hasta se los tatúan.

De todo. En el Abasto Shopping hay una réplica a gran escala de la nave X-Wing (izq.). En el local de SW Toys (der. arr.) venden muñequitos, cascos y ropa del film.
| Sergio Piemonte

A pocos días del estreno de El despertar de la fuerza, la esperada séptima entrega de la saga Star Wars, los fanáticos sortean su ansiedad con una fiebre de consumo: evaporaron las preventas de entradas, agotaron las primeras tandas de merchandising y hay quienes ya pagaron 10 mil pesos por muñecos de personajes que aún no conocen.
Con eventos en todo el país, una réplica tamaño real de una nave espacial única en la región, la “locura SW” se expande, y hasta diseñadores famosos presentaron una colección basada en el film de J.J. Abrams.
Gonzalo Poza trabaja en SW Toys, una casa especializada en artículos de colección de la saga. “Todo lo que trajimos de la nueva peli voló”, asegura. Los fanáticos ya hicieron compras anticipadas vía internet de artículos premium que salen al mercado después del estreno –por los que pagan unos $ 3 mil– o compraron réplicas del sable de Kylo Ren, el  nuevo villano, por $ 7.500; réplicas en miniatura del nuevo droide BB-8 de Sphero por 5 mil y figuras de metal que van desde los 450 hasta los 1.200 pesos. Según Poza, también “comandante” de la Legión 501 Garrison Argentina (ver aparte), el perfil del coleccionista SW es amplio: “Tenemos clientes de 50 años, profesionales, que compran a la par de chicos de 15”, cuenta.
Con la locura que provoca la llegada del nuevo film, la distribuidora de la película instaló el viernes en el Abasto una réplica del X-Wing, nave ícono de Star Wars, hecha en tamaño real, que sólo está además en Ciudad de México y San Pablo. Estará montada hasta el 31 de diciembre. En las redes sociales, la comunidad Star Wars porteña comparte su entusiasmo y las fotos que se sacan allí.

En el cuerpo. Ezequiel Bestel (24) tiene su fanatismo tatuado en el cuerpo. Asegura que cuando se enteró de que no hay sólo una película nueva, sino tres, se volvió “loco”. Sacó entradas para ver el film varias veces en distintas salas. “Vi el Episodio I cuando tenía nueve. No entendía mucho, pero gente con poderes, naves, monstruos y peleas con sables láser fueron suficiente para atraparme”, cuenta. Así empezó. Después llegaron las otras películas, los libros, las novelas en idioma original, los cómics de los 80, las convenciones de fanáticos, los desfiles de cosplay y la colección se fue agrandando: “Me gusta tener de todo, figuras sueltas o en cajas cerradas, naves, cartas, ropa, cuadros, llaveros, pendrives, fotos, piezas de ajedrez, juegos para consolas, una linterna con forma de Chewbacca y mis cinco tatuajes”, asegura.

Una ‘legión’ que ayuda a los demás
La Legión 501 es el grupo de fans de SW más grande del mundo: tiene 9 mil socios. Su capítulo local, del que Gonzalo Poza forma parte, organiza actividades solidarias en hospitales, hogares, comedores e instituciones de ayuda a pacientes, como la Fundación Flexer o la Casa Ronald McDonald. Algunos integrantes de la legión acuden allí, en general usando los trajes, e invitan a proyecciones de las películas u organizan una “escuelita Jedi” para niños, en la que se simula un entrenamiento de combate frente a un temible Lord Sith. También hacen exhibiciones de objetos y teatralizaciones de escenas de las películas, entre otras actividades