SOCIEDAD
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Teatros suman funciones accesibles para personas con discapacidad sensorial

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Erradicar la frase “el teatro no es para mí”. Ese, aseguran, es el objetivo de las funciones accesibles que tanto los teatros del circuito oficial porteño –que incluyen las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), pero también espacios como la Usina del Arte– como el Teatro Nacional Cervantes (TNC) comenzaron a implementar, como experiencias únicas primero, y ahora con una regularidad sostenida.
Las funciones, a las que también podrá asistir el público en general, están pensadas para personas con discapacidades visuales, auditivas y la comunidad sorda; y en casos como los de la Usina, funciones denominadas “distendidas”, que incluyen también recursos para incluir a personas con trastorno del espectro autista. Allí, además de reconocimiento táctil –algo que se implementa desde este año en las funciones del Centro Cultural 25 de Mayo, por ejemplo–, también hay luz tenue, sin estroboscópicas ni flashes; sonidos atenuados, sin estridencias ni gritos agudos; y una atmósfera tolerante para que los espectadores se muevan con libertad durante las funciones.
Para ello, se adaptaron las salas del CTBA y el TNC a las necesidades tecnológicas que requieren las personas con discapacidad auditiva –aros magnéticos, sonido amplificado, sobretitulado en el caso de las personas con disminución auditiva; y traducción a Lengua de Señas Argentina para la comunidad sorda–; y visual, con un sistema de audiodescripción que, a través de una locución detallada, ubica y contextualiza a los espectadores sobre lo que pasa en escena. Para ello se utiliza un dispositivo personal con auriculares que permiten también escuchar una síntesis de la obra, los personajes, la ambientación y el vestuario, que se puede oír al principio de la función o luego, a través de un código QR.
En el caso de los programas de mano, también incorporaron opciones en Braille y con códigos QR, que agregan contenido adicional sobre las piezas.
Para este año, el CTBA prevé realizar al menos veinte funciones accesibles de las cuatro obras que tienen programadas. El 17, se hará la primera de Hamlet, la puesta de Rubén Szuchmacher sobre la obra de Shakespeare que ofrece la sala Martín Coronado; que se repetirá el 1º y el 17 de agosto.
En el caso del Cervantes, además, que las realiza desde el año pasado, cuentan que en las funciones que ya realizaron, “el 65% de las personas con discapacidad sensorial que asistieron fueron al teatro por primera vez”.