SOCIEDAD
MAR DEL PLATA

Tragedia en Punta Mogotes: entre la falta de controles y los rumores de derrumbe total

Los comercios del mismo edificio fueron los más afectados y muchos se encuentran cerrados desde que el derrumbe de dos balcones mató a una mujer y su hija.

05_01_2019 punta mogotes mar del plata
Los comercios, cerrados tras la tragedia. | Cedoc.

El derrumbe de dos balcones que tuvo lugar el 29 de diciembre en el pleno centro comercial de Punta Mogotes, -a metros del famoso complejo de balnearios-, y provocó la muerte de Agustina Ferro, de 35 años, y de su hija, India Luzardi, de 3 años, impactó fuertemente en la vida comercial de la zona.

Los locales más afectados fueron los del mismo edificio. La veterinaria Santa Rita y dos locales de ropa, Déjà Vu y People Blue, se encuentran desde aquel día cerrados. La heladería La Crèmerie pudo trasladarse a la vuelta de aquel sitio. Leandro Prado, uno de sus dueños, explica a PERFIL, que “el impacto fue muy grande, porque todo sucedió en un punto clave que es el inicio del verano”.

El video del momento en que se derrumban los balcones que mataron a una mujer y su hija

“Esto nos arruinó toda la temporada porque la gente no quiere pasar por acá”, sostiene Karina Magliano, de Dejà Vu. “Incluso si habilitan el edificio, y por ende, los locales, hay mucha gente que no va a venir”.

Fátima Altavista, es diseñadora de People Blue. “Nos preparamos para la temporada con una producción más grande y esto nos afecta completamente”. Ana Hormigo es la dueña de la veterinaria Santa Rita, en donde se produjeron dos decesos. “Además de los daños económicos de las instalaciones y de mercadería, la municipalidad no se hizo más presente desde el día del siniestro”. Las comerciantes, que se encuentra al momento sin trabajo, señalan que les tomaron los datos para iniciar “una intimación para el cese de las actividades comerciales por posibles derrumbes pero todavía no mandaron los peritos”. A pesar de estas medidas, “la intimación nunca llegó porque desde hace un mes que están de paro. Como si esto no fuese suficiente, “corren rumores de que haya un derrumbe total del edificio”.

Para los que tienen sus puertas abiertas, “todo sigue igual en cuanto al ritmo de trabajo, no hay diferencias entre antes de la tragedia y ahora”, sostienen desde el bar ubicado frente al mencionado edificio. Desde otros negocios se niegan a dar sus opiniones, profundamente afectados por lo que sucedió. “Sentimos que algunas personas vienen por morbo”, dicen las empleadas del supermercado que está al lado de dicho sitio. Una temporada que, desde la tragedia, no era la esperada.