SOCIEDAD

Un movimiento, el gran actor político

La creatividad del feminismo argentino trascendió las fronteras y dejó el pañuelo verde como estandarte de lucha democrática.

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Cualquier analista social que no tenga una ceguera de género importante deberá admitir que el movimiento de mujeres fue el gran actor político del año. Con sus reclamos por paridad, por autonomía sobre nuestros cuerpos, por una vida libre de violencia femicida, por la visibilidad de las múltiples formas de acoso y abuso sobre todas nosotras desde la infancia, la creatividad del feminismo argentino trascendió las fronteras y dejó el pañuelo verde como estandarte de lucha democrática. Reconocemos una genealogía de mujeres que encuentra su inspiración en las Madres de Plaza de Mayo, en especial en Nora Cortiñas por su adhesión a todos los movimientos emancipatorios. Ellas, con sus pañuelos blancos, inauguraron una elocuencia valiente y muda que decía a quien quisiera oír que aquí faltaban sus hijos, que habían sido desaparecidos por la mano cruel de una dictadura genocida. Otros pañuelos, verdes, fueron el símbolo traído al Encuentro de Mujeres por Católicas por el Derecho a Decidir, y fueron adoptados desde entonces en todas las marchas.

Se organizó la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y se redactaron y presentaron sucesivos proyectos de ley para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, perdieron estado parlamentario, fueron silenciados e impedidos de tratamiento, hasta llegar a la séptima presentación que se debatió en audiencias públicas este año. Y pudo nombrarse el “aborto”. Toda la sociedad discutió el tema (analistas de opinión pública señalaban un 80% de conocimiento del debate).

En el Congreso, pero también en las casas, las universidades, los medios de comunicación, el mundo de la cultura y de las artes. En las vigilias, un millón de mujeres en junio, dos millones en agosto esperando el resultado. Y una convicción: Ahora sí nos ven y Será Ley.

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*Filósofa y Defensora de Género de PERFIL.