SOCIEDAD
En ‘los amaicha’ participan 80 familias

Una bodega tucumana, la única del país gestionada por una comunidad indígena

Ubicada a unos 160 kilómetros de la capital tucumana, sobre los Valles Calchaquíes, es administrada por unas ochenta familias de la comunidad.

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vinos tucuman | Gza

“Sumak Kawsay” significa “buen vivir”, y es el nombre de la etiqueta de la bodega Los Amaicha, la primera gestionada por una comunidad indígena en el país, y una de las pocas que existen en el mundo. Ubicada a unos 160 kilómetros de la capital tucumana, sobre los Valles Calchaquíes, es administrada por unas ochenta familias de la comunidad, que cosechan en los viñedos de sus casas y reproducen los sabores y tradiciones de sus ancestros. Es parte, además, de la ruta del vino que impulsa la provincia de Tucumán, que ya cuenta con 16 bodegas propias y unas 90 etiquetas, de las cuales 12 se pueden visitar. 

Los dueños de la bodega son los 5.400 habitantes nativos de la comunidad Amaicha, que viven en distintas localidades de la zona, la administran y dividen las ganancias y tareas. “Comenzamos siendo cuarenta familias y ahora ya somos ochenta”, cuenta Nelson, uno de los integrantes de la comunidad, que atiende la bodega y recibe al público. 

Por su ubicación, sobre la vera de la ruta 307, en Amaicha del Valle, es una de las primeras bodegas de la ruta que los turistas visitan. Allí pueden recorrer las instalaciones, construidas siguiendo las tradiciones de la comunidad, una estructura de piedra de forma circular a orillas de un barranco, como eran las casas de sus ancestros; y participar de una degustación. “Estamos cada vez más abiertos al turismo, viajamos a otras provincias para hacernos conocer, vamos a las peñas y estamos sobre la ruta del vino”, agrega Nelson.

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La bodega empezó a funcionar en 2016, aunque el proyecto había sido presentado varios años antes, por iniciativa del cacique de la comunidad y las familias que la componen. Muchas tienen viñedos en sus jardines y son quienes aportan las uvas para la producción, que puede llegar a alcanzar unos 50 mil litros. Tienen dos tipos de uvas: malbec y criolla, que es la típica de la zona. “Es la cepa que conservan nuestros abuelos, ellos comentan que tiene más de 300 años en la comunidad, y va pasando de generación en generación”, relata Nelson. 

Es, además, una de las pocas bodegas en el mundo de estas características. Hay otras en Canadá y en Australia, también manejadas por comunidades indígenas. En el caso de Los Amaicha, se convirtió en el modelo económico de todas las familias, ya que quienes tienen otros negocios –de cerámica, dulces u otras plantaciones de frutas en sus casas– pueden pedir un préstamo a la bodega y en seis meses devolverlo. Todas las decisiones se toman a través de asamblea de la que participa todo el pueblo. 

“Tenemos un Consejo que lo integran siete consejeros, que son nuestros abuelos, los más sabios. Ellos fueron quienes presentaron la idea de sumar malbec hace dos años. Antes se vendía solo la uva nuestra, la criolla, sobre todo a bodegas de Cafayate o Santa María, que son las que más cerca tiene la bodega”, agrega Nelson. 

Desde el Ente de Turismo tucumano buscan instalar la ruta del vino como una de las actividades turísticas de la provincia. Y allí está Los Amaichas, con sus vinos ancestrales, entre las bodegas tucumanas, que se ubican en los Valles Calchaquíes, en 
Tafí del Valle hasta el límite con Salta.