SOCIEDAD

Venden gomeras contra la inseguridad

La oferta de un vendedor callejero en Villa Crespo. Marketing sarcástico.

Los carteles, que mezclan la cruda realidad con un toque de sarcasmo, y exhiben colgadas las gomeras de diferentes colores “a solo $20”.
Los carteles, que mezclan la cruda realidad con un toque de sarcasmo, y exhiben colgadas las gomeras de diferentes colores “a solo $20”. | Perfil.com

Con una dosis de picardía e ingenio, “Carlitos” se las rebusca para ganarse el mango y, de paso, sacarles una sonrisa a sus queridos vecinos del barrio de Villa Crespo. Su última creación y la vedette de su puestito son las gomeras porque llegó “la inseguridad” y “vuelve el lejano Oeste”.

En la esquina de Guevara y Velasco asoman los carteles, que mezclan la cruda realidad con un toque de sarcasmo, y exhiben colgadas las gomeras de diferentes colores “a solo $20”. La estrategia surte efecto: “Más de 10 personas por día vienen a sacarse fotos y desde los bondis también sacan”, le contó Carlitos a Perfil.com.

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El vendedor dice que va “buscando productos del momento” y utiliza las frases para “llamar la atención”. Y -a juzgar por la respuesta de los vecinos al verlos- lo hacen: “Inseguridad... Gomeras aprobadas por el RENAR” y “Gomeras,  vuelve el lejano Oeste por falta de stock de rifles winchester y colt 45”. 

Pero no todos son saludos y flashes, se trata de un negocio. “El jueves vendí 5 gomeras y hoy 3”, recalcó, mientras recordaba la risa sobradora del diarero –que trabaja al lado de su puestito- y sus lapidarias sentencias: “¿A quién le vas a vender eso?”.

Pero no vende solo eso, Carlitos se apura a ofrecer su variada mercadería: “Mirá que acá tenés de todo: carilina, chisperos y biromes”.

Humor futbolero. De 65 años, este fanático de Atlanta tiene mucho tablón y varios lunes de cargadas futboleras. Todo es buena excusa para llevarlo a la práctica publicitaria. Así fue que el día después del triunfo de River ante Boca, Carlitos decidió poner a la venta carilinas y acompañarlas con una frase burlona dirigida a los hinchas boquenses: “Si querés llorar, llorá”.

Su último toque creativo le permitió vender la camioneta de su hijo. “Estaba diez puntos, entonces le puse ´titular, papeles al día, teléfono, estado general = a Messi 10 puntos”, comentó a Perfil.com.

Empezar de menos 10. El tobogán de la vida lo llevó a vender en la calle. De profesión técnico mecánico, Carlitos pasó por una empresa de neumáticos, pero “las cosas de la vida” lo llevaron a trabajar como repartidor de un mayorista de artículos de limpieza y perfumería. Al poco tiempo, el dueño le ofreció ser su socio y luego le compró su parte, pero no todo iría tan bien: “Después me cagaron”, se lamentó.

Y a empezar de nuevo, Carlitos se subió a un taxi, durante diez años, y, poco a poco, compró varios vehículos hasta que “un amigo me garcó (sic)”. Y ahora está allí, en su querido barrio, sentado en su banquito esperando un nuevo guiño de la vida.  

(*) Especial para Perfil.com