Vigilia y marcha a 4 años de la muerte de Ezequiel Demonty

Dolores Sigampa, la mamá de Ezequiel Demonty, espera que el tribunal de Casación confirme cuanto antes las penas de los policías responsables de la muerte de su hijo. Además, a cuatro años del asesinato expresó que su “dolor sigue intacto”.

Familiares y amigos de Ezequiel Demonty realizan esta mañana una vigilia frente a la comisaría 34 y marchan, luego, hacia la orilla del Riachuelo, donde el joven murió ahogado hace cuatro años al ser obligado por policías a arrojarse.

“Estamos acá para hacer memoria, para decir: nunca más” resumió Dolores a perfil.com. “Nueve personas de esa institución están involucradas en la muerte de mi hijo”, explicó e indicó que “a pesar de que no somos muchos, me siento acompañada, porque tengo el ejemplo la entereza de otras madres que han perdido a sus hijos”.

La vigilia frente a la comisaría del barrio de Pompeya comenzó a las 8. Luego, los manifestantes tienen previsto marchar hasta el lugar donde Ezequiel fue obligado a arrojarse al agua, ubicado en Agustín de Vedia y 27 de Febrero. Allí el acto culminará con la familia Demonty arrojando flores al Riachuelo.

“Todos los años me pasa lo mismo. Cada vez que llega esta fecha me doy cuenta de que el dolor esta intacto”, indicó Sigampa. “Ezequiel me sigue faltando”.

Si bien los responsables del asesinato de su hijo ya fueron condenados, para la madre de Ezequiel hay todavía una asignatura pendiente: que el tribunal de Casación confirme las penas.

“Soy muy respetuosa con los jueces, considero que fueron muy prudentes a la hora de condenar a los responsables, sobre todo si tenemos en cuenta la diferencia entra las penas -indicó a perfil.com-. pero la verdad es que estoy algo inquieta con la indefinición del tribunal de Casación. Me gustaría que confirmaran la sentencia cuanto antes, pero no puedo pedírselo personalmente a los jueces. Sólo me queda esperar...”, expresó

Hace cuatro años, un grupo de policías detuvo a Demonty de manera injustificada y lo oblicó a arrojarse al Reiachuelo, a la altura de puente Uriburi. El muchacho, que sabía nadar, no logró salir y murió ahogado. El 18 de octubre de 2004, la justicia condenó a los nueve policías que participaron del operativo.