Teoría de las relaciones internacionales

El legado de Raymond Aron

Pensador francés. Aron nació en 1905 y falleció en 1983. Foto: Pablo Temes

Antes de partir en 1983, el pensador francés Raymond Aron deja pendiente la revisión de sus obras como Paz y guerra entre las naciones y ¿Qué es una teoría de las relaciones internacionales?, entre otras. Estos manuscritos se publicaron bajo el título Los últimos años del siglo.

Dos autores han contribuido a interpretar su original legado a las teorías de las relaciones internacionales. Estas han sido construidas hasta el momento por aquellos que han reflexionado sobre el fenómeno humano en su dimensión internacional. Aún no se ha llegado a "una"” teoría de las relaciones internacionales y tampoco sabemos si esto sería posible, como el propio Aron aclaró.

Por un lado, Stanley Hoffmann (1985) escribió Raymond Aron and the Theory of International Relations e interpretó el pensamiento del fundador de la sociología histórica al reconocer la originalidad de su carácter multidisciplinario, histórico, sociológico, económico y político.

Por otra parte, Dario Battistella (2012), en Raymond Aron, realiste néoclasique, no conforme con el título de realista constitucional que le hubiera dado Michael Doyle prefiere distinguirlo como "realista neoclásico vanguardista”." Este autor desglosó su mirada compleja y holística de la realidad internacional.   

A partir de su obra, ¿qué aportes nos deja Raymond Aron para pensar la política mundial  y el diseño de la política exterior argentina dentro de lo que el autor llamó "“una sociología de las relaciones internacionales”"?

En primer lugar, el rechazo a toda a-historicidad para comprender y diseñar nuestra política exterior. En este sentido, debemos enmarcar nuestra inserción en el mundo como un proceso de larga duración pretérita y prospectiva a fin de evitar planteamientos neutrales que solo congelan el statu quo.

En segundo lugar,  ser escépticos a un purismo institucionalista, que no es más que reconocer un mundo cristalizado. A su vez,  desconfiar de algunas predicciones que son solamente intenciones de generar profecías autocumplidas.

En tercer lugar, comprender definitivamente la relación entre la política internacional y la política interna en la cual la estructura del sistema mundo se inserta y reproduce en las dinámicas sociales y estatales del país.

En cuarto lugar, fortalecer la dimensión económica de la política exterior con un modelo de desarrollo que amplíe la limitación de una producción primaria agroexportadora e inicie un camino complementario de industrialización con alto valor agregado.

En quinto lugar, comprender los sistemas de creencias en "“las actitudes psicológicas y psicoanalíticas" de los tomadores de decisión y de nuestro cuerpo diplomático en sus competencias, acorde a los desafíos presentes y futuros del sistema internacional.

En sexto lugar, definir que el "“interés nacional”" es un significante vacío que se llena de contenido con relaciones concretas de poder económico y político, ligadas a las dinámicas del capitalismo en su fase trasnacional y  no puede ser “"reducido a los intereses privados”."

En sétimo lugar, apostar por un multilateralismo que considere “la amplitud de centros autónomos de decisión” e inserte a la Argentina en múltiples niveles de temas, actores y dinámicas de creación de poder autónomo y soberano con un anclaje regional.     

En octavo lugar, salir de los diagnósticos y teorías monocausales y de alineamientos automáticos que sostuvieron hasta el momento un mundo que se disuelve en el aire.     

Finalmente, cumplir el legado del autor de transformar las teorías en acciones concretas, teniendo en "cuenta que  “las relaciones de un Estado con otro no son solo el reflejo de su poder relativo, sino también de las ideas, valores, emociones de sus sociedades y de sus líderes”" (Aron, 1963).

*Politólogo y doctor en Ciencias Sociales. Profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires.