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Adriana Muñoz

Presidenta del Senado chileno: "Una integración con Argentina nos potencia frente al mundo"

Considerada una pionera del feminismo en el Congreso trasandino, la senadora opositora pondera el puente científico que tendió Alberto Fernández en su visita al país trasandino. Los pasos en común de ambos Legislativos.

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En su visita de Estado, Fernández se reunió con la presidenta del Senado, Adriana Muñoz. | Cedoc Perfil

Adriana Muñoz preside, desde el  17 de marzo de 2020, el Senado chileno. Fue una de las referentes del Poder Legislativo con las que se reunió el presidente Alberto Fernández en el marco de su visita de Estado al país trasandino. Socióloga, militante del Partido por la Democracia (PPD), se la describe como una de las pioneras del feminismo en el Congreso vecino desde que integró el primer Legislativo tras la recuperación de la democracia, luego de volver del exilio ocho años antes. También fue la primera presidenta de la Cámara de Diputados de su país, entre 2002 y 2003.

En diálogo con PERFIL, destaca la cita como "muy fraternal" y al mandatario argentino como "una persona muy cálida, muy receptiva" ante quien pudieron expresar "los puntos que consideramos relevantes para las relaciones bilaterales entre Argentina y Chile y las parlamentarias en particular". De uno y otro lado coincidieron, entre otros temas, en reactivar, a lo largo de este año, la Comisión Bicameral Permanente Parlamentaria Conjunta.

—¿Cuáles son los ejes de trabajo específicos sobre los que pueden trabajar ambos Poderes Legislativos con el fin de ayudar a la integración entre Chile y Argentina?

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—En nuestra reunión con el Presidente Fernández surgió el tema de la Antártica [como se denomina en Chile a la Antártida] como uno importante para abordar así como fortalecer una organización latinoamericana que defina políticas para la región, para ir aunando fuerzas y potencialidades que tenemos. También se habló del impulso a lo que aquí denominamos el Congreso del Futuro, una comisión de nuestro Senado que tiene ya diez años y de la cual participan científicos e investigadores de los más importantes de todo el mundo.

"Pueden venir otras pandemias y el avance tecnológico debe fortalecerse en producción y recursos y en alianzas, como una entre Chile y Argentina, que pueden unirnos para afrontarlas".

—¿El objetivo es abrir un nuevo canal de cooperación científica desde el Congreso?

—Ya existe una comisión igual en la Argentina y la propuesta es la de realizar un encuentro, en los primeros meses del año, de alto nivel científico. Fue muy bien acogido por el Presidente Fernández como una buena señal para avanzar en potenciar la ciencia y la tecnología de una manera integrada entre los dos países, sí.

—En la Declaración Conjunta entre los Presidentes hubo mucho espacio para los temas científicos y tecnológicos, ¿qué lugar puede ocupar este campo en plena pandemia?

—La ciencia debe ocupar el primerísimo lugar en la integración entre Argentina y Chile porque no hay desarrollo sin avance tecnológico. Lamentablemente en nuestro país hemos tenido unos meses difíciles en el marco del debate por el Presupuesto en el que el Gobierno (de Sebastián Piñera) casi no inyectó recursos a la inversión pública en Ciencia y Tecnología.

—¿Qué impacto puede tener para apuntalar una integración binacional?

—Mucho. Tenemos una obligación de insistir en nuestros países en que desarrollemos estas temáticas porque el mundo está avanzando en nuevas variedades que impactan en el empleo, en los sistemas previsionales, todo está muy relacionado. Pueden venir otras pandemias y el avance tecnológico debe fortalecerse en producción y recursos y en alianzas, como una entre Chile y Argentina, que pueden unirnos para afrontarlas. Se pueden hacer alianzas muy importantes en áreas gravitantes como el desarrollo de las vacunas o los medicamentos, por ejemplo.

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—Hoy se ve un mundo peleándose por esas cuestiones, ¿es factible pensar en un mayor multilateralismo, incluso entre Chile y Argentina, con este panorama?

—El Presidente Fernández fue muy enfático (y en lo personal, a mí me hizo mucho sentido su mensaje) en cuanto a que los países latinoamericanos tenemos una riqueza en recursos naturales, en investigación, diversidad ecológica, muy alto. Para cada país es una potencialidad, por su lado, pero así estamos desperdigando toda nuestra potencialidad por las diferencias políticas que tenemos, por las visiones distintas sobre el Estado. Y él planteó, y yo lo comparto, que deberíamos actuar de forma más inteligente frente a estos desafíos del siglo XXI, como países y como humanidad, y llegar acuerdos en base a lo que nos une, lo que compartimos, y dejar de lado las diferencias que pueden ser muchas.

—Que prime el pragmatismo por sobre las ideologías...

—Nos conviene unirnos. Una relación de integración con Argentina nos potencia frente al resto del mundo y los países más desarrollados que llevan muchos años adelantados en estos campos de la investigación. Así podemos dar un salto juntos para superar la pobreza. Una alianza económica, política, social, científica y tecnológica podría potenciar a Chile y la Argentina y aliviar a millones de la pobreza en nuestra región.

—Fernández se refirió al proceso de una constituyente en su país como una oportunidad única para que nazca un nuevo Chile, ¿consideran que están a la expectativa de lo que reclama la sociedad?

—Todo este proceso constituyente resulta de la rebelión social que vivimos en 2019 en la que murieron más de 30 chilenos y más de 500 terminaron mutilados. Ha sido una de las rebeliones sociales más impactantes que tuvimos desde la recuperación de la democracia y la manera con la que intentamos encauzar desde la política todo ese estallido es a través de una nueva Constitución. Es una responsabilidad muy grande que tenemos como país pero no hemos podido dar la prueba de la blancura desde la centroizquierda a la que yo pertenezco.

"Así estamos desperdigando toda nuestra potencialidad por las diferencias políticas que tenemos, por las visiones distintas sobre el Estado. "

—¿Lo dice por la falta de un consenso desde el espacio de centroizquierda en torno al tema?

—Llevamos unas siete listas para constituyentes, lo que va a dispersar el voto y la posibilidad de alcanzar los dos tercios para aprobar los cambios. El pueblo está muy expectante a que tengamos una Constitución como la que planteó esa rebelión de 2019, escrita en democracia y una que abra el camino a derechos sociales y políticos nuevos a los que instauró la dictadura con su Constitución. Y eso va a depender muchos de los resultados de la elección de constituyentes.

—Un tema que ha ganado espacio en la agenda pública chilena es el derecho al aborto voluntario. ¿Cómo incidió en Chile la aprobación de la ley en Argentina?

—Lo que ocurrió en Argentina incidió inmediatamente en Chile porque diputadas y diputados presentaron un proyecto de ley que hoy tramita en la Cámara de Diputados. Pero hay que tener en cuenta que en Argentina existió el aborto por tres causales durante mucho tiempo: aquí lo logramos después de muchos años. Y ha sido muy difícil, en Chile, avanzar en este debate pese a que no puede haber temas tabú. Debates como el aborto deben ser abordados de forma integral, transparente y no solo en el interior del Congreso sino que le interesa a la sociedad en su conjunto. Veremos qué sucede en Diputados. Aún está muy incipiente su tratamiento.

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—A usted se la describe como una de las pioneras del feminismo en el Congreso chileno. ¿Es fácil ser feminista hoy en Chile y en su mundo político en particular?

—En el último tiempo, ha sido más fácil, mucho más que en los primeros años... (risas) Yo siempre digo que "soy feminista del siglo pasado" porque pertenezco a un grupo de mujeres, de más entrada edad, que venimos peleando hace muchos años, desde la sociedad civil en plena dictadura, empezamos a desplegar las primeras organizaciones de mujeres con la consigna "Democracia en el país. Democracia en la casa" y las mujeres fuimos muy influyentes en las movilizaciones sociales. Fue muy activo el movimiento y, por nuestra relación directa con las organizaciones contra la dictadura, el feminismo comenzó ya a instalarse en el debate público por esos años, por el '85, '86.  De allí surgimos un grupo de dirigentes y yo fui elegida en el primer Parlamento que se instaló tras la derrota de la dictadura desde el cual instalamos temas de las primeras agendas feministas como el proyecto de ley de aborto terapéutico junto al de violencia intrafamiliar y reconocimiento de los hijos antes la ley. Así empezó un largo trayecto y, durante un período, fue muy mal visto en Chile ser feminista. Se nos asoció a una y otra perversidad y fue muy complicado mantener estas banderas en el Parlamento.

—¿Cambió esa percepción en la sociedad hoy?

—Hoy día, con el refortalecimiento del movimiento de mujeres con las poderosas movilizaciones de los últimos tres años, es un poco más aliviada la tarea de lucha. En el Legislativo hemos ido creciendo muy lentamente, de unos 43 senadores somos ya 11, pronto seremos 12, y hoy ya no hay que esconderse mucho. Antes, ser feminista era peyorativo. Felizmente, hoy estamos en plena reivindicación de lo que es el feminismos para la lucha por los derechos de las mujeres.