A un día de haber finalizado la autopsia a la periodista y legisladora fallecida este martes, Débora Pérez Volpin, el perito de la familia aseguró que el cuerpo presentaba "lastimaduras en el esófago y en el estómago", aunque advirtió que habrá que esperar a los resultados finales para determinar si hubo responsabilidad de los médicos o no por la muerte de la mujer velada este jueves en el Palacio de la Legislatura.
Para Ernesto Da Ruos, perito de la familia, la muerte se produjo por una situación "que se fue complicando a medida que pasaba el tiempo" de la endoscopia realizada en el Sanatorio de La Trinidad de Palermo. Y anticipó que "no tenemos ningún tipo de información de patología previa. Fue por un control gástrico y los estudios que les hicieron son los correctos. En la historia clínica no dice nada de una patología previa".
Lo cierto es que durante la experiencia del gastroenterólogo, extitular del Hospital de Clínicas, adelantó que "hay algo que andaba mal" porque "En mis 40 años de experiencia no vi una muerte por endoscopía", en diálogo con La Nación y la señal de A24.
No obstante, consideró que aún no tienen ningún indicio de que haya habido alguna imprudencia médica, así como tampoco ninguna evidencia que respalde el accionar de los profesionales. "No puedo decir que tuvo la culpa alguno de los profesionales que intervinieron porque no está comprobado".
Por otro lado, sugirió que la anestesista Inés Puente, quien se presentó ante la Justicia para quedar a disposición, no estaría involucrada en la investigación por homicidio culposo a cargo del juez Gabriel Omar Ghirlanda. "Puede haber indicios de que la sedación no haya sido a la causa", señaló.
"No creo que la familia quede conforme con la autopsia porque no hay nada que diga 'Pasó exactamente esto'", concluyó el gastroenterólogo, quien precisó que "recién con los resultados de las biopsias de los tejidos -previstos para el 16 de febrero- se podrá arribar a una conclusión".