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Efemérides 19 de abril

El sabueso Eliot Ness, el paladín de la Ley Seca, tuvo un accidente por conducir ebrio

Criminólogo y experto en Finanzas, Eliot Ness, autor de "Los Intocables", logró llevar a prisión a Al Capone, revisando sus libros contables. Fue ascendido con honores, pero el caso de un sanguinario asesino serial logró atormentarlo hasta llevarlo al alcohol; y todo lo que siguió fue en picada.

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Eliot Ness, Al Capone y la ley seca | Wikipedia.org y Agencia Shutterstock y Cedoc Perfil

Si hay un nombre asociado a la ley y el orden en Chicago, ese es Eliot Ness. En esa hermosa y gélida ciudad del norte de Estados Unidos nació, el 19 de abril de 1903, el único hombre que pudo llevar a prisión al más famoso delincuente de Illinois y de todo el país, Al Capone.

Haber cometido a la mafia de Chicago y sobre todo ir tras los pasos de Al Capone le dio a Eliot Ness, agente del Tesoro de su país, fama mundial y gloria eterna en series, historietas y varias películas, aunque sin duda, la más conocida en Argentina es la de Brian De Palma, protagonizada por Kevin Costner, Los Intocables.

Eliot Ness no era policía, o al menos no era esa su primera intención. Era un sabueso. Hijo de una familia de panaderos noruegos, la vida lo llevó hasta la Universidad de Chicago en donde se graduó en 1925 como Licenciado en Negocios y Derecho.

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Eliot Ness y Los Intocables se especializaban en combatir la destilería ilegal de cerveza.

Al igual que Marty Byrde (Jason  Bateman) en Ozark, lo suyo eran los números y aunque sus intenciones siempre fueron las mejores –como Marty- salvar el pellejo en el fárrago de la criminalidad imparable terminó siendo una prioridad.

O, al menos, eso parece haber sido lo que sucedió a partir de 1935, cuando para premiar su actuación alcapónica, le dieron el cargo de Director de Seguridad Pública, en Cleveland y cayó sobre su escritorio el expediente del primer asesino serial de Estados Unidos. Sin embargo, “se le fue de las manos”. 

No era fácil atrapar al Torso Cleveland Murderer, “el asesino de los torsos”, llamado así porque decapitaba a sus víctimas y luego partía sus cuerpos en dos. 

También conocido como el “carnicero loco de Kingsbury Run”, se cree que ese malviviente asesinó a unas 40 personas (sólo 13 fueron comprobados) y se refugiaba en la zona de Kingsbury Run, un distrito que terminó siendo el bunker de pordioseros de una ciudad duramente golpeada por la gran depresión. 

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La posición geográrfica de Chicago favoreció el delito: sólo cruzar los Grandes Lagos para llegar a Canadá.

Eliot Ness no investigó ese caso, pero era el jefe de seguridad y quedó involucrado en una serie de inoperancias y decisiones mal tomadas. 

El caso del asesino del torso golpeó tanto a Eliot Ness que, en 1942 tuvo un accidente automovilístico muy severo y se creyó que conducía ebrio. Ese episodio fue para él suficiente para presentar su renuncia al puesto de Director de Seguridad Pública, ni bien se recuperó.

Lo que siguió también merecería un manto de olvido: se fue a Washington para ser el presidente de una compañía de sistemas de seguridad, de donde luego lo despidieron: En 1947 se postuló para ser alcalde de Cleveland, y quedó afuera.  

De todos modos, eso no empalideció su campaña de los difíciles años 30 para limpiar de corrupción las fuerzas policiales de Cleveland e incluso los bomberos, todos implicados en el juego ilegal, que Eliot Ness también combatía.   

El 17 de octubre de 1931 Al Capone fue sentenciado a 11 años en una prisión federal

Eliot Ness, así se hace un sabueso

Luego de una maestría en criminología y de dar los primeros pasos en una compañía de crédito de Atlanta, Eliot Ness ingresó al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en 1927, siguiendo el consejo de su cuñado, que era del FBI. 

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Eliot Ness, un sabueso en acción.

De entrada, lo pusieron a trabajar con los 300 bulldogs de la Oficina de Prohibición de Chicago y él, particularmente, estuvo involucrado en todas las operaciones vinculadas a desbaratar el contrabando de alcohol (cervecerías ilegales, sobre todo), las rutas que llevaban hasta Al Capone. 

Con la corrupción enquistada en las fuerzas públicas, Eliot Ness se tomó el trabajo de revisar, uno por uno, los registros de cada agente de policía, hasta que pudo armar un equipo de 50 uniformados confiables. Al Capone no dejaba de sobornarlos y el equipo de Ness tenía cada vez más bajas: quedaron quince y finalmente nueve policías dispuestos a hacer bien su trabajo. Este fue el grupo que la prensa bautizó Los Intocables.

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Al Capone fue el logro más celebrado de Eliot Ness: logró que lo enjuiciaran y encarcelaran por evasión impositiva.

El asedio a la mafia no fue fácil e incluso uno de los mejores amigos de Eliot Ness, Cam Allison, cayó asesinado. Sin embargo, experto en números, Eliot Ness se dio cuenta de que más eficaz que las armas y las redadas serían los libros contables. Y fue por ellos. 

Eliot Ness presentó pruebas para que Al Capone fuera acusado de veintidós casos de evasión fiscal y de cerca de cinco mil violaciones de la Ley Volstead, que prohibía la venta de alcohol. El 17 de octubre de 1931 fue condenado a 11 años de prisión y, sentencia que fue ratificada, pese a la apelación.

Al Capone cumplió su condena primero en la unidad penitenciaria de Atlanta y luego en Alcatraz.

 

MM