Esta semana, Gabriel Rubistein, director de Gra Consultora, realizó un video didáctico en el que explica la dinámica económica en medio de la cuarentena. Allí expone los problemas productivos, fiscales y monetarios que se produce por la pandemia del coronavirus y cómo afrontarlos en el futuro. Uno de los aportes más paradójicos, en términos del propio economista, es que ahora "la inflación, esta vez puede jugarnos a favor".
Entonces, Rubistein dijo que "la deuda en pesos del Estado va a crecer por el muy alto déficit fiscal del 2020, debido al colapso del PBI y la cuarentena". Luego, aseguró que "no está bueno que Argentina, en procesos de default, se endeude como lo hacen otros países". Por eso, sugirió: "Para que la deuda baje, deberíamos tener superávit fiscal. Pero subir impuestos en Argentina es tarea bien ardua. Cuando se logre, habrá que ir pagando la deuda externa reestructurada, una salida nada recomendable en general, aunque ahora si es recomendable y se puede recurrir al impuesto inflacionario".
"Con inflación, se erosiona el poder de compra del peso y la gente requiere siempre reponer lo que tiene en sus bolsillos o mesitas de luz. Eso le permite al Estado, hasta cierto punto, emitir dinero en lugar de subir impuestos o bajar gastos. El nuevo bono estatal, si la ayuda de las empresas es la que debería ser, llegaría a 7 puntos del PBI. Pero con una inflación promedio poco menos del 30% anual del 2020 al 2023, con leve baja cada año, ese bono bajaría a representar el 2% del PBI y ya no molestaría", aseguró Rubistein.
Entonces, el economista concluyó con que el país debería "encarar ya mismo Argentina un plan integral de mucha ayuda a las empresas, mucha emisión monetaria ahora -que por cierto ya está ocurriendo- y mucha absorción con bonos a medida que se normalice la economía".
"Por la demora en la ayuda, la caída económica va a ser peor que en otros países"
Previamente, para llegar a esta hipótesis, Rubistein dijo que "durante el período de la cuarentena, los ingresos de la gente crecen mucho más que la producción" de las empresas, la cual "cayó abruptamente". Por eso, el economista afirmó que "esta brecha entre ingresos y producción es un nuevo ahorro para las familias, que crecerán mientras dure la cuarentena y se estabilizará luego. Ese ahorro será muy similar a la suma de la deuda pública para hacer frente al déficit de la cuarentena".
