El salvaje asesinato a puñaladas y golpes de Lucía Fernández, de apenas 15 años, conmocionó a Mendoza en las últimas horas, y este jueves, quebrado ante la policía que lo había ubicado como sospechoso, un compañero de la víctima de solo 14 años confesó haber sido el autor del crimen.
“La maté porque ella me dijo que estaba embarazada”, habría dicho el precoz asesino a los uniformados, que habían ido a buscarlo a su casa en las afueras de la ciudad de Maipú, en el marco de un allanamiento que la Justicia había ordenado luego que un testigo revelara que había reconocido al menor junto a la infortunada Lucía cerca del lugar en que esta finalmente apareció sin vida.
Además de esa frase con la que el chico habría admitido ante los policías que había cometido el asesinato por el presunto embarazo de Lucía, se hallaron en su casa unas zapatillas con manchas que serían compatibles con sangre y fueron enviadas para peritar a la policía científica cuyana, y también se encontró un cuchillo de los del tipo de tramontina, que se cree pudo haber sido utilizado para atacar a Lucía. Los forenses comprobaron que el cuerpo de la chica tenía una edcena de heridas punzantes, y además un fuerte traumatismo en el cráneo, causado posiblemente con una piedra o un ladrillo, que fue el que finalmente le causó la muerte. En esos exámenes se determinará, además, si Lucía estaba efectivamente embarazada, como señaló el chico a los policías.
La investigación del shockeante episodio está en manos del fiscal de Menores Gustavo Farmache.
El asesinato de Lucía Fernández arrojó como dato escalofriante que la chica recibió numerosos puntazos, que en principio se creyó que podían haber sido hechas con un destornillador pero que luego de indicó que podrían coincidir con otro tipo de elemento punzante fino (como podría ser ese cuchillo secuestrado) y también los forenses pudieron comprobar que el rastro de sangre que llevaba al cadáver muestra que se intentó ocultar el cuerpo arrastrándolo unos cuantos metros, tramo en el que se sospecha por el cariz de las manchas que la infortunada jovencita estaba todavía con vida.
Lucía Fernández se despidió de sus padres este martes cerca del mediodía, en su casa de Pueyrredón al 400 de Rodeo del Medio, una zona ubicada a 8 kilómetros de Mendoza. Le dijo que iba al colegio, aunque en rigor luego de comprobó que su grupo escolar por cuestiones de “burbuja” no tenía clases ese día. Se cree entonces que Lucía habría ido a encontrarse con su asesino, y este miércoles ya con la detención consumada, los investigadores llevaban el caso al ataque sexual que la víctima había sufrido el año pasado, ante la posibilidad de que haya sido justamente su asesino el responsable de aquella traumática situación.
Luego del asesinato de Fernández, el diario mendocino Los Andes agregó este jueves un dato también dramático: este año ya son cuatro los adolescentes acusados por vinculaciones con crímenes ocurridos en esa provincia, donde en lo que va de este 2021 se han registrado cinco femicidios.
HB