ACTUALIDAD
Mundo marino

Los albatros son "los últimos trotamundos"

La especie, en peligro de extinción, no tiene quién la defienda: los albatros pasan casi la mitad de su vida en aguas internacionales. Naciones Unidas comienza a estudiar este tema complejo, que involucra a la pesca ilegal.

Aves 20210318
Aves de la antartida | AGENCIA SHUTERSTOCK-AFP

Los enormes albatros y los fieles petreles pasan 39% de su vida en aguas internacionales, lugares que no pertenecen a ningún país y, por lo tanto, cuando están en peligro nadie sabe quién tiene que hacerse cargo de ellos.
A esta conclusión arribaron investigadores de 16 países diferentes que dedicaron mucho tiempo a estudiar los movimientos de estos pájaros, una de las especies más amenazadas del mundo, durante 12 meses completos.

La revista científica Science Advances publicó sus conclusiones hace unos pocos días. Utilizando pequeñísimos dispositivos electrónicos, los investigadores rastrearon la agenda diaria de 5.775 aves marinas que pertenecían a 39 especies. Todas ellas, de cualquier especie que fueran, se aventuraban habitualmente a las aguas de otros países o más aún cruzaban aguas internacionales, enormes masas oceánicas que no son de nadie y que cubren un tercio del planeta.  


En consecuencia, ninguna nación podía garantizar su conservación

Las aves marinas como los albatros son los últimos trotamundos”, sintetiza Martín Beal, líder del grupo de investigadores en Marine and Environmental Sciences Centre at ISPA – Instituto Universitario de Lisboa, Portugal. “Pero este increíble estilo de vida los vuelve vulnerables a las amenazas en lugares donde la protección legal es inadecuada”, agrega. 

 

Las mayores amenazas


Los albatros y sus parientes cercanos, los petreles, se encuentran entre los animales más amenazados del mundo, aunque pasen la mayor parte de su tiempo en el agua: muerte con anzuelos, líneas de pesca, polución y la disminución de alimentos por la pesca excesiva y el cambio climático

“En aguas internacionales, las regulaciones para reducir la captura incidental de aves marinas en la pesca con palangre están más desdibujadas que en aguas nacionales y sólo un número reducido de embarcaciones tienen un observador independiente abordo para monitorear el cumplimiento de la mitigación de la captura incidental de aves marinas", explica el Prof. Richard Phillips, del British Antartic Survey, coautor del trabajo. 
El British Antartic Survey (BAS), con base en la Antártida, recuerda que el Albatros Errante se encuentra en la lista global de Vulnerabilidad de extinción que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés). “Esa especie de albatros pasa la mitad de su tiempo en aguas internacionales del Atlántico Sur, India y el Océano Pacífico. La población que crece en el Territorio Británico de Ultramar Georgia del Sur se beneficia del buen manejo de la pesca en los alrededores del área marina protegida. Sin embargo, estos pájaros pasan la mayor parte de su tiempo alimentándose en el mar, en aguas internacionales, tanto en temporada de cría como no”, señala BAS.
Los animales rastreados en el estudio fueron equipados en 87 centros remotos de cría que albergaban siete especies de albatros y petreles diferentes. Se encontraban alrededor de la estación de investigación del Servicio Británico Antártico en Isla Pájaro, Georgia del Sur. El monitoreo extendido de parejas de cría realizado por investigadores de BAS mostró significativa disminución de población en 5 de estas 7 especies.
Los albatros conectan países, por eso “este estudio puede servir para que los países puedan cuantificar la proporción del año que los albatros y petreles que se alimentan en su territorio pasan en altamar, en áreas monitoreadas por diferentes Organizaciones de Manejo de Pescadores Regionales (RFMOs) y presionarlos para que mejoran sus regulaciones”, sugiere la Dr. María Diaz, de BirdLife International.
 El trabajo sale a tiempo para que lo revise Naciones Unidas, que ya está discutiendo un acuerdo global para la conservación y el manejo sustentable de la biodiversidad en aguas internacionales

Pensar en las aves marinas del continente austral es sin duda poner al albatros en primer lugar.

Cualquier paisaje de los mares australes se vería incompleto sin ellos. Hay 22 especies, pero 19 de ellas ya fueron catalogadas en peligro de extinción. Entre todas, la más popular y reconocible a los ojos neófitos es el Albatros Errante (Diomedea exulans)

Blanco y de cuello largo, su elegancia es lo primero que impacta si aparece. Cuando despliega las alas, se transforma en un planeador de 3,7 metros de amplitud y el cuerpo, de casi un metro de extensión, une la cola con una cabeza distinguida que termina en pico de gancho con bordes afilados para que ninguna presa se le escape. En las patas, tiene solo 3 dedos unidos por membranas, y ninguno atrás. No lo necesita.

Si tiene una vista envidiable porque tiene que divisar a su presa desde el cielo, caer a plomo y engancharla con el pico para volver a emerger, el olfato prodigioso les permite salir de cacería incluso de noche, en la oscuridad total.  

El Albatros no se parece a ninguna otra ave marina: pasa la mayor parte de su vida en el aire, sin hacer mucho. Está casi todo el tiempo sobre las olas y tiene enorme resistencia de vuelo. Claro, economiza energía. El albatros tiene “vuelo dinámico” una técnica que le permite volar aprovechando la corriente de aire ascendente que se forma sobre las olas, que le permite elevarse más, sin hacer nada.  Puede llegar a volar durante siete años continuos. Además de albatros y petreles antárticos, el continente blanco abunda en escúas polares y señoriales pingüinos emperador.  

Durante la época de cría, pega la vuelta y regresa a tierra firme para anidar en grandes colonias superpobladas de miles de pares, sobre acantilados rocosos en islas remotas de la tundra antártica

Cuando el petrel no está volando sobre el mar, vuelve al nido, sobre las rocas antárticas


Los petreles (Macronectes giganteus) son los vecinos con los que mejor se llevan, aunque se disputen la misma dieta de krill, peces y calamares y por más que ellos tengan unos orificios nasales especiales, que a ellos les faltan: con glándulas que les permiten eliminar el exceso de sal que ingieren con sus alimentos.

La hembra albatros sólo pone un huevo por vez y cada dos años. Quien lo incuba durante tres meses es el padre. Y es él, también, quien lo limpia con el pico, le da la comida y lo protege hasta que pueda valerse por sí mismo, entre 5 y 10 meses más tarde. Algunas especies llegan a vivir entre 40 y 50 años.

A pesar de pasarse la mayor parte del tiempo volando, su peor amenaza son las líneas de pesca y los anzuelos, su mayor causa de muerte. Los bebés, además, pueden tranquilamente comer plásticos y desechos humanos, si los encuentran. Y por supuesto, eso también los mata.