Axel Kicillof anunció alivio fiscal y créditos para PyMEs en La Matanza, pero la crisis industrial no afloja
El gobernador presentó medidas que buscan potenciar la producción en un contexto donde miles de empresas enfrentan un panorama de cierres, ventas en baja y consumo frenado.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó este jueves un acto en La Matanza donde presentó un paquete de medidas destinadas a sostener a las pequeñas y medianas empresas de la provincia de Buenos Aires en medio de un escenario económico adverso.
"Hemos resuelto destinar un billón de pesos para el descuento de tasa de refinanciamiento de las PyMES bonaerenses", expresó el mandatario, quien luego anunció además la suspensión de los embargos en juicios por deudas impositivas hasta fin de año por parte de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), la creación de un régimen de beneficios para contribuyentes cumplidores y la puesta en marcha de líneas de crédito a tasas reducidas para el sector agropecuario y para PyMEs industriales radicadas en el distrito. “Buscamos potenciar a la industria bonaerense”, aseguró.
La situación en La Matanza es representativa de lo que ocurre en gran parte de la provincia. Las PyMEs locales, motor del empleo y la producción, enfrentan una fuerte caída del consumo interno que golpea de lleno a sectores como el textil, alimentos, construcción y servicios. El encarecimiento del crédito, la presión impositiva acumulada y la baja rentabilidad empujan a que muchos empresarios se planteen reducir su actividad, suspender personal o directamente bajar sus persianas, situación que a nivel nacional fue denunciada en voz alta por la Unión Industrial Argentina (UIA).
En ese marco, las medidas anunciadas buscan frenar la sangría de cierres. La suspensión de embargos da oxígeno a quienes enfrentan juicios por deudas impositivas, mientras que el régimen para buenos cumplidores busca premiar a los contribuyentes que mantuvieron su situación al día. Por otro lado, las líneas de crédito a tasas reducidas se presentan como una herramienta para incentivar la producción, especialmente en sectores estratégicos de La Matanza vinculados a la industria y al agro.
Sin embargo, la contracara es que los problemas estructurales permanecen: el consumo no se recupera, la inflación —incluso en baja— golpea el poder adquisitivo de los trabajadores y el mercado interno se achica. Muchas PyMEs, aun con acceso a créditos más blandos, no logran proyectar inversiones porque no tienen asegurada la demanda de sus productos. El cierre de miles de pequeñas empresas en los últimos meses evidencia que el alivio financiero no siempre alcanza para revertir la tendencia.
El desafío para la provincia es doble: contener en el corto plazo a las PyMEs que aún luchan por sostenerse, y al mismo tiempo encarar políticas que fortalezcan la competitividad y la estabilidad del sector productivo en el largo plazo.
BR / FPT
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