Defensor de los Lectores

Defensor del mate en las redacciones

Timerman. Respeto por el pluralismo en La Opinión y en el ADN de PERFIL. Foto: cedoc

HAY REGLAS: el periodismo argentino tiene un Código de Ética sancionado por Fopea (Foro de Periodismo Argentino) en el 2006 y actualizado en el 2020, y la Academia Nacional de Periodismo elaboró, en el 2023, un documento titulado Veinte principios permanentes del periodismo

 PERO NO HAY REGLAS: aquellas orientaciones generales existen, algunas son líneas rojas claras, pero otras son muy difusas. Cada caso es distinto. El contexto cambia. La realidad es una donna mobile y el periodismo se produce a toda velocidad, sin pausa, en múltiples plataformas y con diferentes estilos. 

Además, es difícil conciliar la calidad con la urgencia mientras nuestro suelo tiembla  por las disrupciones de las sucesivas revoluciones digitales. 

¿Cómo orientarse en la neblina de la profesión? El único camino es escuchar a la audiencia, debatir las opciones en cada caso, conversar abiertamente las prácticas y estar actualizado de lo que pasa en las redacciones del mundo. 

Y siempre poniendo el foco en quienes no tienen poder, en las personas comunes. Todos los días los periodistas hablan con funcionarios, políticos, jueces, empresarios, y líderes de todo tipo. Por eso, si bien todos los días se habla con los poderes y los gerentes de una empresa periodística les pagan el sueldo a esos periodistas, no trabajamos para ellos, sino para las personas. El personal de un hospital no trabaja para el director, ni para el dueño, ni para un laboratorio farmacéutico. Trabaja para cumplir el servicio de salud de los pacientes. El periodista trabaja para cumplir el derecho humano fundamental a la información.

Para evaluar la calidad no hay que olvidarse que vivimos en un país con una economía que es una montaña rusa con escasas subidas y muchas bajadas; no sé por qué seguimos hablando de montaña rusa y no de montaña argentina. Por lo tanto, las empresas periodísticas sufren limitaciones extremas. A veces, solo los apoyos económicos de sectores políticos pueden frenar la caída, y esas redacciones se convierten en corralitos estrechos.

Además, el contexto laboral es horrible. El periodista promedio tiene más trabajo, menos sueldo y más inestabilidad. Se habla en el mundo de que el periodista se ha convertido en el minero de carbón del siglo veintiuno, y eso incluye ahora también a los editores.

 PLURALISMO. A pesar de esto, hay medios periodísticos que mantienen el pluralismo en su ADN, como PERFIL. Así, sigue la tradición del diario La Opinión de Jacobo Timerman, quien tenía como columnistas durante 1973 tanto al destacado liberal conservador Mariano Grondona como al referente de la izquierda nacional Jorge Abelardo Ramos. 

CITA CON LA HISTORIA. Que el periodismo no se entiende por fuera de ese pluralismo ya se pensó hace dos siglos. En el Estatuto Provisional sancionado en 1815 se exigió que el entonces Cabildo financie un medio para “reflexionar sobre todos los procedimientos y operaciones injustas de los funcionarios públicos y abusos del país, ilustrando a los pueblos en sus derechos y verdaderos intereses”. Se creó un medio opositor por ley. 

 

 MI HOMENAJE A UN MAESTRO. Es un gran honor suceder a Julio Petrarca como Defensor de los Lectores en PERFIL Su trayectoria profesional y docente lo convirtió en un referente de la discusión periodística. ES DIFÍCIL ALCANZAR TANTA DOSIS DE PERIODISMO EN SANGRE. Julio tuvo su primer trabajo como periodista en 1962 en Radio Atlántica de Mar del Plata, que integraba la cadena nacional de Radio El Mundo. 

Había pocos teléfonos fijos y la televisión acababa de llegar. Ese mismo año se estrenó en Mar del Plata la película El televisor, de Guillermo Fernández Jurado, una comedia preciosa sobre el impacto destructivo contra los hábitos familiares de la compra de la primera tele. Al nuevo medio se lo veía como Godzilla, como ahora vemos a la inteligencia artificial. Se decía que era “la muerte de la conversación”, relata la investigadora Inés Pérez. 

Cuando llegó la dictadura del general Juan Carlos Onganía, Julio fue despedido. En la siguiente experiencia democrática trabajó en la sección Política del diario La Capital, el más importante de la ciudad. Durante la dictadura de 1976, cuenta Julio que, como forma de protección, varios que estaban en las secciones más calientes de ese diario pasaron a la sección Espectáculos, entre ellos él. Y ahí empezó a tener contacto con la recién fundada revista La Semana, de la Editorial Perfil, para la que realizó históricas entrevistas a Atahualpa Yupanqui y César Luis Menotti, y cubrió la Guerra de Malvinas desde las provincias patagónicas. Con el retorno de la democracia fue editor de La Razón con Timerman, de la revista Somos, de la Editorial Atlántida, y de la revista cultural La Maga. Volvió a trabajar en la Editorial Perfil hasta que fue designado Defensor de los Lectores. FUERON SESENTA AÑOS DE APRENDIZAJE QUE VOLCÓ, CADA SEMANA, A LA AUDIENCIA. 

Cuando me toca suceder a Julio como Defensor de los Lectores, Argentina tiene más teléfonos con televisión que habitantes e ingresamos a una nueva era en la que los chats van a producir en video, sonido y textos más notas periodísticas que los humanos y humanas que solían dedicarse a eso. Y sin costo. 

¿Qué se puede hacer desde el periodismo en este escenario inédito? Poner en común cada práctica profesional para servir mejor a las personas. Cebar mate en las redacciones. Eso es lo que haremos desde aquí, ser Defensor de la Discusión.