El triunfo de la voluntad
Lo descarnado del discurso de Milei es, contra lo que pudiera suponerse, uno de sus principales atributos
Ganaron Javier Milei, Karina Milei, Toto Caputo, Scott Bessent, Santiago Caputo, Lilia Lemoine, Donald Trump, Tronco, el Gordo Dan, Diego Santilli, José Luis Espert, el candidato desconocido de Córdoba y siguen las firmas.
Hagan sus apuestas. No hay excusas ni atajos, no cabe la dimensión fácil de pensar que el riesgo kuka era determinante, o que la gente no sabe lo que votó. Lo supo perfectamente. Puede ser que no conozca los detalles de determinadas decisiones financieras o que no pueda evaluar las consecuencias de sus decisiones actuales en el largo plazo, ¿pero quién sí?
Pierre Bourdieu decía que los agentes hacen sus apuestas dentro de un sentido compartido del juego y sus reglas, y el cuarenta por ciento del electorado hizo su apuesta el 26 de octubre con los resultados que ya se conocen y su efecto: la mayoría del país teñido de violeta. Javier Milei tiene su mayor atributo en lo descarnado de su discurso, que se ve reflejado en lo plano de su accionar. Frente a las leyes del Congreso sobre financiamiento educativo, Garrahan, jubilados y discapacidad, las vetó, y aún frente al rechazo parlamentario de los vetos, las promulgó sin su vigencia efectiva. Valga este ejemplo para mostrar las características del tatcherismo en su versión argentina. Todos los analistas (me incluyo) recomendábamos solucionar la cuestión del Garrahan y de discapacidad administrativamente, reasignar partidas, lo que hubiera resultado relativamente fácil en un país que funciona sin presupuesto. Pero la tozudez de Milei es la regla del juego y su marca registrada.
Anticipaciones El Presidente puede parecer inestable e impredecible, pero no lo es, al menos para cuatro de cada diez votantes. Milei no llegó a la presidencia para solucionarle los problemas a “la gente”, sino para imponer la sencilla regla de “no hay plata”, el dogma religioso del monetarismo extremo. Y ese dogma triunfó incluso en lo que parecía el fuerte inexpugnable de la provincia de Buenos Aires, en el mismo territorio donde apenas cincuenta días atrás el peronismo tuvo un triunfo inapelable (por un rato). El sociólogo Niklas Luhmann decía que los sistemas finalmente funcionan por su modelo binario de comunicación (pago/no pago, bello/no bello, etc.). Milei construyó en sus dos años de gobierno el código (orden/no orden) que subsumió a todos. Dentro del significante Orden se puede encontrar el fiscal, el monetario, el de la calle; a partir de ahora podrá encontrar el orden político y el orden comunicacional.
Siempre se vota por el futuro (desconocido). El peronismo, como le pasó en varias ocasiones, quedó del lado del pasado. ¿El que no llega a fin de mes votó a Milei? Sí, es posible, pero cree que, si se consolida el modelo libertario, en algún momento lo podrá hacer. ¿Se votó por las relaciones neocoloniales con Estados Unidos? También puede ser, pero se priorizó la estabilidad de los precios. La vida son decisiones y, como se suele decir, decidir es morir un poco.
Habrá que prestar atención de aquí en más a la reestructuración de la economía, sectores enteros van a desaparecer, ya que no son competitivos en el mundo. Se piensa rápidamente en el textil, pero también en el acero y la metalmecánica (¿y la automotriz?). Si Argentina cede ante la presión eterna sobre las patentes medicinales, mismo futuro correrá la mitad de la industria farmacéutica. A cambio, se verá un boom inusual de la minería y el gas, las únicas industrias (con el agro) con ventajas competitivas en el mercado mundial. También nos podemos empezar a despedir de nunca bien ponderado Mercosur.
Las reformas nunca se acaban. La reforma laboral, la impositiva y la previsional son el horizonte del gobierno “más reformista de la historia”, que ahora tendría las condiciones parlamentarias para su aprobación por ley y evitar atajos muy judicializables. En el capítulo laboral, el programa incluye la flexibilización en la contratación y el despido. Es posible imaginar que las indemnizaciones por despido serán parte del pasado, probablemente reemplazadas por modelos de fondo de despidos. En la impositiva, el programa apuntaría a reducir los impuestos al capital y ampliar los generalistas como el IVA. La reforma previsional será probablemente la más compleja y que generará más resistencia, con la muy probable extensión de la edad para jubilarse, aparte de la probable incorporación de un régimen privado de capitalización.
Cuál es el rol de la oposición y del peronismo en general es una pregunta que no tiene una respuesta sencilla. La imagen de Cristina Kirchner bailando en su casa-prisión de San José 1111 resultó un contraste feroz con los resultados que arrojaba la app de la Dirección Nacional Electoral. Esa desconexión fatal es una metáfora crucial del peronismo que solo puede ofrecer parar a Milei, justamente en tiempos que parece imparable.
*Sociólogo