Comparaciones

Nos retrasamos cinco pueblos

Septiembre. Su resultado da una pista del deterioro del oficialismo. Foto: Bloomberg

Caputo agotó el acceso al crédito tras su raid entre el 2016 y el 2025, el Gobierno suma ya tres rescates, el último bajo el formato neocolonial, cuyos costos exceden lo comunicable. Javier Milei está con principio de autopsia, y la búsqueda de un relevo “racional” que garantice los intereses del actual bloque en el poder al tiempo que cumpla la función de driver de la política exterior de la administración Trump en la región está en marcha.

La hipótesis es la 70/30, sugerencia, hecha durante la 19ª edición del Consejo de las Américas en agosto de 2022, que generó un gran revuelo en la esfera política argentina. 

El embajador tomó las palabras del exjefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y le respondió: “Yo les digo que el momento es hoy, que no esperen a las elecciones de 2023. Sin importar la ideología o posición partidaria, unan sus fuerzas ahora mismo”. En ese sentido, Stanley afirmó que el deseo de su Estados Unidos es “ayudar al mundo y asociarnos con ustedes”. 

La amplitud era una metáfora que el ya presidente virtual Horacio Rodríguez Larreta tradujo: “Todos adentro menos los kirchneristas”.

Esa visión sigue en pie y las condiciones de posibilidad requirieron el apresamiento y proscripción de Cristina Fernández, el liderazgo indiscutido entre la gente –no tanto entre dirigentes– que encarna ese 30% borgeano de peronismo “incorregible”.

La encarnadura de esa coalición ya no es Rodríguez Larreta por motivos que son de dominio público y el gran armador, bajo las miradas tutelares de Scott Bessent y Peter Lamelas, es el ingeniero Mauricio, quien ha puesto su libido en sumar gobernadores, muchos de ellos hoy integrantes de Provincias Unidas, espacio tradicional de la vieja tercera vía que encabeza su socio histórico Juan Schiaretti. 

Es una jugada de sentido común, pero como advirtiera el gran Tu Sam, “puede fallar”. Ya lo veremos, falta llenar al menos el tablero bonaerense en esa nueva Unión Democrática.

Pero detengámonos en los incorregibles, los integrantes del 30% fulminados por la estrategia de La Embajada.

Las elecciones bonaerenses de septiembre dan una pista del deterioro del oficialismo nacional. 

No es normal perder el equivalente a 14 puntos de padrón en solo dos años, porque el peronismo solo ganó 250 mil votos entre los años 2021 y 2023, pero la coalición teórica entre LLA y el PRO no se concretó y sucedió la debacle electoral que pareciera no ser un episodio pasajero para LLA.

Así las cosas, no hay que dar por resuelto el tema de la sucesión del actual gobierno narco capitalista en favor del peronismo.

Se sabe que la formación peronista viene de realizar un gobierno al menos mediocre. 

En efecto, el Frente de Todos fue muy defraudatorio para las expectativas ciudadanas que reuniera en el año 2019, por lo que analizar objetivamente las causas de esa defraudación, que además está en la base del surgimiento del hoy golpeado Javier Gerardo Milei es de primer orden. 

Mucho se discutió y aún se discute respecto a las causas de aquella derrota.

Al respecto conceptualmente es pertinente la comparación con el derrotado Partido Demócrata en Estados Unidos, partido originalmente de base popular y trabajadora. 

Con el índice de aprobación de Donald Trump bajo el agua, las opiniones de los estadounidenses sobre su manejo de la economía más de 20 puntos más negativas que el día que asumió, un observador ingenuo de la política estadounidense podría esperar que la fortuna de los demócratas esté aumentando. Pero eso no está sucediendo de manera clara.

La mayoría de los votantes “persuadibles” aún rechazan a los demócratas y no por la batalla cultural: los rechazan porque no cumplen sus promesas. 

Al respecto el resultado de un gran estudio nacional de CNN y SSRS Poll de marzo de 2025, es que, si bien algunos votantes se sintieron desanimados por lo que consideraban posturas excesivamente progresistas de los demócratas en cuestiones sociales y culturales, estas no eran las preocupaciones predominantes de los votantes del Cinturón Industrial y los estados claves que materializaron la derrota demócrata. 

Este hallazgo contradice las encuestas postelectorales de alto perfil realizadas por grupos como Blueprint, que sugerían que la mayoría de los votantes indecisos de 2024 creen que los demócratas “tienen ideas extremas sobre raza y género” y, en general, están “demasiado centrados en la política identitaria”. 

Para llegar a los votantes blandos de los estados clave, los demócratas no necesitan imitar a Trump en temas culturales; necesitan demostrar que están alineados con los intereses de la clase trabajadora y el pueblo llano, dispuestos a confrontar intereses poderosos y capaces de lograr resultados concretos. 

Nada de esto elimina las vulnerabilidades culturales del partido, especialmente en torno a la percepción de que los demócratas son elitistas y condescendientes, pero la evidencia sugiere que la mayoría de los votantes defraudados que aún tienen una opinión negativa del Partido Demócrata están menos desencantados por la guerra cultural que por la opinión general de que el partido está dominado por las élites y no genera resultados tangibles para la clase trabajadora y los sectores populares.

Resumiendo, tomando como referencia los estudios realizados sobre la derrota de los Demócratas frente a Trump, el problema del FDT, también una experiencia socialdemócrata, no es haberse “pasado tres pueblos” en su componente progresista, sino haberse retrasado cinco en su historia peronista-kirchnerista de crecimiento económico con distribución del ingreso. 

Resolver este dilema es básico, para que como indica Zohran Mamdani, candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York: “Durante demasiado tiempo, hemos tratado de no perder. Ahora, es hora de que ganemos”.

*Director de Consultora Equis.