POLÍTICA CORDOBESA

Díaz Gavier respaldó a De la Sota y pidió recuperar los valores del peronismo

El ex juez federal confirmó su apoyo a De la Sota, cuestionó la “complacencia” peronista con Milei y pidió volver a los valores históricos del movimiento.

Jaime Díaz Gavier y Natalia de la Sota durante el acto en el que el ex juez fue declarado Ciudadano Ilustre de Córdoba. | X Natalia de La Sota Foto: X Natalia de la Sota

Jaime Díaz Gavier, ex juez federal con tres décadas en los tribunales orales de Córdoba y figura central de los juicios por delitos de lesa humanidad, confirmó su adhesión a la candidatura de Natalia de la Sota.

El magistrado —recientemente retirado y declarado Ciudadano Ilustre— enmarca su decisión en un clima de reconfiguración del peronismo cordobés tras las votaciones clave del último año y en un escenario social que, a su juicio, exige recuperar principios históricos con instrumentos actuales.

En ese contexto, esta mañana participó de un encuentro con referentes del derecho y del ámbito universitario, paso que buscó ordenar apoyos y roles de cara a la campaña. Más tarde, entrevistado en Punto y Aparte, Punto a Punto Radio (90.7), Díaz Gavier defendió la necesidad de “volver a los valores” del peronismo y cuestionó la actitud “complaciente” que, según su mirada, tuvo parte del peronismo cordobés al acompañar normas como la Ley Bases y facultades amplias al Ejecutivo nacional.

Sostuvo que la propuesta de Natalia de la Sota ofrece una oposición clara y serena, sin atajos institucionales, y remarcó que los logros macroeconómicos “de planilla de Excel” solo valen si se traducen en mejoras concretas para jubilados y sectores populares. También matizó la etiqueta “kirchnerismo” como arma retórica contra el peronismo y planteó que la reconstrucción debe ser amplia, moderna y sin aditamentos.

Un apoyo simbólico y político en Córdoba

¿Vas a trabajar con Natalia de la Sota?
— No necesito una aproximación con Natalia de la Sota porque nos conocemos de hace muchísimo tiempo, pero sobre todo porque nuestra común afinidad con el peronismo siempre ha facilitado entre nosotros un diálogo muy fluido. Lo tuve también con su padre, José Manuel de la Sota, de quien ella es hoy heredera y responsable de llevar ese mensaje diferencial que el peronismo que ella representa está tratando de llevar a Córdoba.

Esta mañana hubo una reunión con gente del derecho y de otras profesiones. ¿Qué dejó ese encuentro?
Fue una reunión muy interesante, con representantes de distintos sectores —gente de prestigio acumulado— que están expresando su deseo de participación, y yo también, en una concepción del peronismo que, por lo menos en Córdoba, ha perdido muchos de sus valores tradicionales. Te señalaría concretamente desde el gobierno de Macri en adelante y, con dramatismo, en este período de la presidencia de Milei: un peronismo en cierto sentido complaciente, que votó leyes como la Ley Bases o decretos que le dieron a Milei facultades casi omnímodas en el país, prescindiendo de la voluntad de nuestros representantes.
Me parece —y le está pareciendo a mucha gente— que esta es la posibilidad de establecer un peronismo que vuelva a sus valores, adaptado a los nuevos tiempos, con otros niveles de exigencia respecto del Estado y su participación en la vida comunitaria; pero el Estado no puede prescindir de la gente, de las necesidades de la gente, de la angustia de nuestros jubilados.

Hay cosas que no se pueden tolerar y, desgraciadamente, se las ha tolerado: se le dieron al gobierno de Milei herramientas para avanzar sobre principios y valores que llevaron muchas décadas —e incluso mucha sangre— en la historia argentina respetar y hacer respetar.

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¿Ese “volver a los valores” implica una reconfiguración del peronismo?
Claramente sí. Es la expresión de una necesidad, no solo del peronismo como corriente doctrinaria históricamente representante de vastas mayorías sociales, también de la sociedad argentina, que necesita un peronismo fuerte, consolidado y renovado en su dirigencia, que vuelva a luchar y a llevar adelante políticas imprescindibles.
Más allá de estadísticas que salen muy bien en planillas de Excel, eso no ayuda a la gente a comer, a recibir sus medicamentos o a percibir haberes jubilatorios dignos. Los supuestos éxitos macroeconómicos deben transmitirse a la microeconomía. Hoy hay vastos sectores que padecen hambre, y eso es completamente inadmisible desde la posición histórica del peronismo.

La reconstrucción del peronismo y el rol de Natalia de la Sota

En Córdoba, la corriente de Natalia suma votantes kirchneristas desencantados. ¿Cómo lo ves?
— El kirchnerismo fue tendencia dominante durante muchos años e hizo cosas importantes en términos de reivindicación social. Pero, a mi juicio, es parte de una historia que está pasando. La sociedad demanda nuevas respuestas, y Natalia de la Sota encarna una vía de esperanza para quienes, siendo peronistas, se sintieron desencantados con expresiones del anterior gobierno que no fueron satisfactorias.
El conjunto del peronismo mira con mucha expectativa esta posición de convocar a todos los sectores que, desde una perspectiva nacional y popular, puedan coincidir más allá de las diferencias. Que el peronismo vuelva a expresarse sin caer en reflotar banderas históricas ya incorporadas a la vida social, pero con una perspectiva moderna, actualizada y distinta, sin abandonar sus principios. Aquella trilogía de valoresjusticia social, independencia económica y soberanía políticadebe sostenerse hoy con nuevos instrumentos.

Schiaretti sobre Milei: "Si vas a pedir un salvataje es porque fracasó el plan económico"

¿Por qué Natalia y no Juan Schiaretti?
Muy claramente, porque me parece que Schiaretti, desde el gobierno de Macri en adelante —y a veces de manera ostensible—, permitió el triunfo de una concepción ultraliberal -o neoliberal- de la derecha argentina, que no está dando ni va a dar buenos resultados. Esto ya se hizo: desde Martínez de Hoz hasta ahora siempre exactamente lo mismo.
Me duele cualquier fracaso institucional, pero temo que vuelva a repetirse. Estuvimos cerca de un crack que no ocurrió por el apoyo de Estados Unidos, apoyo que parece querer preservar a este gobierno que sirve a intereses de sectores minoritarios, no al pueblo argentino.
Y diputados del peronismo de Córdoba le dieron sus votos a esas iniciativas del gobierno de Milei —originariamente de Macri y ahora de Milei— que hoy se denuncian como actos de crueldad: ahora descubren que son actos de crueldad porque dejan vastos sectores sociales marginados, pero hasta hace días se apoyaban.
En ese sentido, Natalia adoptó desde el primer momento una actitud muy clara de oposición a esas políticas, con calma, con serenidad, sin apostar a asamblea legislativa ni a la caída de nadie: simplemente ofreciendo una posibilidad distinta a todos esos sectores.

¿Quién debe encabezar la reconstrucción del peronismo: Kicillof, Cristina?
— El peronismo es un movimiento nacional, más que un partido. En esa vasta conformación social, política y económica, a lo largo de su historia se fueron sucediendo tendencias: Menem, con todo su liberalismo, fue un intérprete del peronismo; el kirchnerismo también lo fuehasta hace muy poco y aún hoy con importante vigencia en la interna.
A mí me parece que lo relevante es que el peronismo vuelva a ser peronismo, sin aditamentos. “Kirchnerismo” se usa mucho como seudónimo para combatir al peronismo, cuando en realidad lo que se quiere destruir de la política argentina es el peronismo. No el kirchnerismo —que es una tendencia, un sector, una interpretación—.
El verdadero enemigo de esos sectores comprometidos con intereses financieros y especulativos es el peronismo, porque el peronismo —les guste o no— hizo participar a enormes sectores de la sociedad de los beneficios de un país que trabajaba y producía: acceso a derechos, crecimiento social, universidades, educación, salud. Desde el peronismo hay que tener muy claras esas diferencias.