GOLPE DE TIMÓN

El PJ se declara “orgánico” y la oposición advierte “estilos distintos”

La rosca legislativa de fin de año cobró volumen tras los enroques definidos por Llaryora en la cúpula de la Unicameral. Mientras el PJ se muestra “orgánico”, la oposición advierte que los “estilos diferentes” no modificarán la intensidad del fuego cruzado.

El nuevo esquema de poder del PJ en la Unicameral, encabezado por Facundo Torres. Foto: CEDOC PERFIL

Los recientes movimientos en el esquema de poder de la Unicameral dejaron una señal hacia adentro del oficialismo. ¿Cómo lo descifra la oposición? Es la otra variable de la ecuación. Martín Llaryora ajustó el tablero de mando en la Legislatura con los enroques en simultáneo en su gabinete. Puertas adentro admiten que el diálogo siempre estuvo, pero reconocen que la salida de figuras de perfil más confrontativo alterará la dinámica del recinto.

Con las bajas de Miguel Siciliano y Rodrigo Agrelo, y en menor medida la de Oscar Tamis por su perfil bajo, la Unicameral pierde voces habituadas a la pulseada dura. Sin embargo, tanto peronistas como opositores coinciden en que esto no pondrá fin al choque político: el cruce entre halcones opositores y espadas oficialistas seguirá igual de intenso. “Hay estilos diferentes, pero nada que detenga el fuego cruzado”, sintetizan.

La llegada de Juan Manuel Llamosas a la presidencia provisoria y la de Facundo Torres a la jefatura del bloque oficialista reordena el equilibrio interno. El ruido y la tensión se concentra en la vicepresidencia a cargo de Nadia Fernández, bajo el estigma del caso Kraisman.

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“Hay acuerdos básicos que se deben cumplir”, lanzó un radical, en un mensaje dirigido al PJ que, por ahora, se mantiene subterráneo pero podría estallar de cara a la sesión preparatoria del 17 de diciembre, cuando se elijan las autoridades del cuerpo. La UCR banca a Oscar Saliba y el juecismo reafirma su apoyo a Daniel Juez.

En los próximos días ocuparán sus bancas el amarillo Oscar Agost Carreño (PRO) y el pastor evangélico Gerardo Grosso (Encuentro Vecinal), sumando nuevas piezas al tablero. En el caso de la izquierda, Luciana Echevarría (MST) tiene mandato hasta fines de febrero, cuando rotará la banca con Noelia Agüero (IS). Los jugadores cambian, pero nadie espera que baje la intensidad legislativa. “Va a cambiar la dinámica diaria, pero vamos a funcionar bien”, aportó una voz legislativa.

La llegada de Llamosas a la presidencia provisoria, tras la mudanza de Torres a la jefatura del bloque oficialista, reactivó viejos vínculos del peronismo territorial. Esa sociedad política, que viene de una trayectoria compartida al frente de gestiones locales, podría ser un elemento clave que aceite el trato con los exintendentes radicales que hoy ocupan bancas departamentales.

Con la salida de Siciliano, algunas voces admiten que se desarma la vieja lógica del “policía bueno y policía malo” que conformaban Torres y Siciliano. “Ahora nos quedamos sin policía malo”, ironizó una voz de pasillo. Hasta aquí, el altagracense tenía un perfil más componedor al ejercer un cargo clave en la línea sucesoria del poder provincial.

Bloque “orgánico”

El tablero se movió. Llaryora definió y Torres tomó las riendas del bloque oficialista. “Fue una decisión del gobernador que asumo con compromiso”, aseguró. En el peronismo reconocen que el rol exigirá ajustes: “Habrá que cambiar un poco el perfil, no su esencia dialoguista, sino el nivel de beligerancia”, deslizó un legislador. El recambio implica un reseteo discursivo y la necesidad de mostrar más músculo político frente a los embates de la oposición.

En la última reunión del bloque, el PJ exhibió cohesión interna y respaldó tanto a Torres como a Siciliano, ahora al frente del nuevo Ministerio de Vinculación y Gestión Institucional. El referente peronista de Santa María destacó el apoyo que recibió de sus pares de bancada.

“Mi decisión es trabajar en equipo para acompañar las iniciativas del Ejecutivo”, dijo Torres a Perfil Córdoba. En esa línea, la espada oficialista ratificó su compromiso con la administración Llaryora, a la que se refirió como “una gestión que está cumpliendo acabadamente con el rumbo trazado”.

“Ahora mi responsabilidad es más política”, admitió. En un año preelectoral, la expectativa es que la Legislatura funcione bajo nuevas coordenadas: actores y tiempos distintos y una beligerancia creciente que marcará el pulso de la contienda por venir. El objetivo, aseguró el jefe del bloque PJ, será convertir en ley los proyectos que resulten claves para el plan de gobierno y hacerlo, insistió, “trabajando en equipo”.

Mirada opositora

¿Cómo descifra la oposición los cambios de LLaryora? Es la otra variable de la ecuación. El ruido interno por Fernández en la vicepresidencia existe y no pasará desapercibido de cara a la sesión preparatoria. No obstante, tanto oficialistas como opositores advierten que la decisión es de Llaryora. “Quedan todavía varios días. No creo que lleguemos con ese ruido”, admitió una voz del peronismo.

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“La designación de la vicepresidenta o el vicepresidente le corresponde al peronismo. Es un problema de ellos”, aportó un opositor al dar su visión. “El nombre que pongan… ¿por qué le voy a decir que no?”, dijo el interlocutor, siempre y cuando el PJ no se meta con la decisión de las primeras minorías en las designaciones de sus representantes del cuerpo.

En las huestes radicales no opinan lo mismo. Hay malestar con el accionar del peronismo que va más allá de la situación de Fernández, aunque la bronca se canaliza por ahí. El asunto pasa por el “incumplimiento” de los acuerdos y el contragolpe desmedido cuando la oposición sale a pegar duro, pero aclaran “siempre por encima del cinturón”.

Respecto al impacto que los enroques de Llaryora tendrán en la dinámica legislativa, un boina blanca evaluó que la nueva configuración “puede abrir espacio para más diálogo”. Pero en la oposición descartan cualquier atenuación en el fuego cruzado que domina cada sesión. “Sí, olvidate de eso”, retrucó un halcón, antes de rematar con ironía combativa: “Mirá si con eso nos van a querer parar”.

Otra voz del halconismo opositor también puso en duda que el recambio en la conducción peronista de la Unicameral habilite “más diálogo”. Reconoció que los nuevos nombres traen “estilos diferentes”, pero sostuvo que el oficialismo “va a mantener su postura”. Y fue más allá: “Lo que pasa en la Cámara es una orden que viene de arriba”, sentenció al apuntar su mirada al Panal.

El tono del diálogo, coinciden peronistas y opositores, podría cambiar por los estilos personales distintos que trae aparejada la reconfiguración del tablero de mando en la Unicameral por los enroques del mandatario provincial, pero el clima beligerante y el factor preelectoral marcarán el pulso a la dinámica parlamentaria. Por lo pronto, en el corto plazo, se viene un fin de año muy movido.