Missing Children en Argentina: el 95% vuelve a casa, pero todavía hay más de 120 chicos desaparecidos
Cada día se registran entre cinco y siete denuncias por menores extraviados en el país. La organización recibe los avisos, activa la búsqueda y logra resolver la mayoría, aunque más de un centenar de casos siguen abiertos. Detrás de cada nombre hay una historia que espera ser contada y una familia que aún no pierde la esperanza.
Cada día, en algún punto del país, un niño o un adolescente desaparece. Las razones varían: violencia familiar, consumo, conflictos, engaños por redes o delitos más graves. Lo que no cambia es la reacción colectiva. Durante algunos días el caso ocupa titulares, las redes se llenan de fotos y hashtags, y después el tema, inevitablemente, se diluye. La historia pasa a otra página, pero los chicos siguen sin aparecer.
En Argentina se denuncian entre cinco y siete desapariciones de menores por día, según datos de Missing Children Argentina, la organización civil que colabora en las búsquedas y acompaña a las familias. "Hoy tuvimos siete denuncias. Algunas se resuelven rápido, otras llevan más tiempo, pero más del 95% de los chicos aparece", explica Ana Rosa Llobet, presidenta de Missing Children Argentina.
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Un dato que hay que tener en cuenta es que ese porcentaje corresponde exclusivamente a los reportes que recibe la ONG, no a las denuncias policiales, ya que el país no cuenta con estadísticas oficiales unificadas sobre desaparición de niños.
Loan, Lian y los casos que el país olvidó
En el sitio de Missing Children todavía figuran más de 120 chicos en difusión, y más de 40 de ellos desaparecieron hace más de una década. Entre los nombres siguen apareciendo Loan Peña, el niño correntino de cinco años que no fue visto desde junio, y Lian Gael Flores, de tres, desaparecido en febrero en la localidad cordobesa de Ballesteros Sud.
Ambos integran la misma lista en la que también figuran Guadalupe Lucero (San Luis, 2021) y Sofía Herrera (Río Grande, 2008). Ambos casos conmovieron al país, se realizaron campañas, marchas y cadenas en redes sociales… hasta que dejaron de ser noticia.
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"Gran parte de la sociedad deja de prestar atención cuando el caso deja de estar en los medios", admite la presidenta de la ONG. "Nuestra tarea es sostener la búsqueda. Nosotros no perdemos nunca la esperanza. Creemos que alguien sabe dónde está Loan".
La difusión que salva vidas
El trabajo diario de Missing Children es silencioso pero constante. Reciben denuncias, contactan a las comisarías y publican la información en sus redes y sitio web. En muchos casos, la velocidad de la difusión es lo que marca la diferencia.
En el reciente caso del niño P., su padre, Pablo Laurta, quien asesinó a su madre y a su abuela, escapó con el menor hasta Gualeguaychú con la intención de cruzar ilegalmente a Uruguay. Allí, una empleada del hotel Berlín reconoció al niño tras ver su foto en redes sociales y dio aviso inmediato a las autoridades. Gracias a esa reacción, la policía intervino y el menor fue rescatado. "La difusión sirve. Lo importante es que haya muchos ojos mirando. Eso hace la diferencia cuando un chico se pierde", explica Llobet.
El sistema Alerta Sofía, diseñado para casos de alto riesgo, también fue clave en esa búsqueda, aunque desde su creación en 2019 solo se activó siete veces. "Una alarma tiene que funcionar como alarma. Si se activa todos los días deja de tener efecto. Tampoco puede tardar tanto porque pierde sentido", señalaron.
Un sistema que todavía no conecta
A pesar de los avances tecnológicos, las búsquedas de menores siguen enfrentando la falta de coordinación entre organismos. "Pese al uso de tanta tecnología, todavía falta conexión. A veces ni siquiera dentro del mismo Poder Judicial hay buena comunicación", advierte. Esa desarticulación se refleja en casos como el de una niña de Florencio Varela, desaparecida y hallada sin vida al día siguiente en un accidente ferroviario, cuya identidad fue esclarecida recién cuatro años después.
La búsqueda que no se apaga
En la actualidad, Missing Children mantiene la difusión de más de un centenar de chicos y adolescentes. En conjunto con Missing Children Italia, realizan progresiones de imágenes con inteligencia artificial para mostrar cómo se verían hoy los niños desaparecidos hace años. "No tiene sentido buscar a un chico con la cara de hace 20 años", explica.
Y aunque las cifras parecen alentadoras, el trabajo no se detiene. Porque detrás de cada caso resuelto, hay otro que aún espera.
Loan sigue desaparecido. Lian también. Y mientras las redes cambian de tema y la atención social se apaga, Missing Children sigue buscando todos los días a los que todavía no volvieron.
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