LENGUAJE COTIDIANO

“Pelotudo”: el insulto preferido de los argentinos y un tributo impensado a Fontanarrosa

El vocablo ha comenzado a resonar con mayor frecuencia en los últimos meses en medios de comunicación y redes sociales. El recuerdo del gran escritor e historietista rosarino y su conferencia sobre las "malas palabras".

ROBERTO FONTANARROSA. Foto: ARGENTINA.GOB.AR

"Pelotudo" ya no es una simple "mala palabra". Más allá de las polémicas por su uso o la incorporación al Diccionario de la Real Academia Española (RAE), a la luz de los últimos acontecimientos parece haberse convertido en el insulto preferido de los argentinos en el habla cotidiana.

Escena 1

Las periodistas Nancy Pazos y Mariana Brey discuten con vehemencia en un programa de Telefe sobre el cepo cambiario y las medidas del gobierno nacional.

Brey acusa a Pazos de formar “parte de esa oposición, una oposición golpista”. Y de inmediato Pazos le responde: “¿Vos me estás diciendo golpista a mí? No hay una persona con más compromiso con la democracia que yo. Acto seguido, bancarme a esta pelotuda diciéndome golpista”.

Una semana después Brey dijo en Duro de domar” que Estados Unidos y el FMI “son más patriotas que los propios argentinos y el Congreso”.

La respuesta de Pazos esta vez fue a través de una publicación de la red social “X”: “ Típico de ignorantes apátridas a sueldo. #Pelotuda”.

 

Escena 2

Juan Grabois comenta una publicación del presidente Javier Milei en la que se lo ve junto a su par estadounidense Donald Trump. “Imprimió un tuit de Trump, lo puso en una carpetita y lo muestra como el premio Nobel que nunca le van a dar ¿Se puede ser más pelotudo?”, sentencia el candidato a diputado nacional.

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich observa el mensaje y argumenta en una entrevista con A24 sin pronunciar el insulto: “La última frase le cabe muy bien. Se la escribió para el mismo”.

Insulto preferido

Sin entrar en el análisis político de cada situación en particular, estos dos ejemplos son una pequeña muestra de que el vocablo volvió a ponerse de moda en el lenguaje cotidiano.

En el mes de junio se había viralizado en las redes sociales un video del intendente de la ciudad cordobesa de Oncativo, Nicolás Filoni, quien había calificado de “pelotudos” a los vecinos que arrojan basura en los espacios no permitidos.

“Después todos putean y vienen llorando. Necesitamos vecinos comprometidos, responsables y menos pelotudos”, había advertido con dureza el jefe comunal en tierras cordobesas donde la hegemonía de los insultos la tiene otra palabra.

Luego en esa oportunidad bajó el tono del video original y recordó en diálogo con Radio Mitre Córdoba a Roberto “El Negro” Fontanarrosa.

El recuerdo de Fontanarrosa

Aquí seguramente vendrá a la memoria la inolvidable disertación del escritor e historietista rosarino en el III Congreso Internacional de la Lengua Española en 2004, donde hizo una enfática defensa de algunas “malas palabras”.

No es lo mismo decir que una persona es tonta o sonsa, que decir que es un pelotudo”, había asegurado en esa memorable conferencia.

Cuándo se incorporó la palabra al diccionario de la RAE

El uso más frecuente del término en los últimos tiempos y la efervescencia social llegó a tal grado de que muchos medios de comunicación afirmaron a finales de julio de este año que la Real Academia Española había incorporado la palabra a su diccionario.

Lingüistas, intelectuales y periodistas desfilaron por canales de televisión, radios y diarios para hacer una exégesis del insulto que se remontaba a los gauchos de la Guerra de Independencia. Un homenaje impensado a Fontanarrosa.

Pero la noticia era falsa, o mejor dicho inexacta. Como bien observó el periodista Fito Paniagua en una nota del pasado 4 de agosto la palabra ya había sido incorporada al Diccionario de la RAE en 2001 y también ya figuraba en la 23ª edición impresa que se había publicado en 2014.

Con “animus iocandi”, no me atrevo a pensar que hubiese opinado “El Negro” Fontanarrosa si estuviera vivo.