El arte frente a su muerte: Hegel
¿Estamos frente al fin del arte? ¿Desaparecerá el arte que tenemos desde el Neolítico? Comenzamos aquí una reseña necesariamente breve y superficial, en esta y una siguiente nota, sobre el pensamiento de Hegel con su posición romántica y el de Arthur Danto en función de la post modernidad. Octava entrega de la serie "La desaparición del cuerpo en el Arte Conceptual".
Antes que nada, aclaramos que Hegel en ningún momento habló sobre la muerte del arte o el fin del arte. Hegel, en su sentido histórico de la evolución hacia el Espíritu Absoluto, considera que el arte está postergado, nos habla del “carácter pretérito del arte.”
En la "Tercera sección de la filosofía del espíritu" de la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, Hegel inicia su reflexión sobre el Espíritu Absoluto con el capítulo "El arte". Él considera que hay tres caminos para llegar al Espíritu: el arte, la filosofía y la religión. Estos caminos se desenvuelven en el tiempo, están sometidos a la historia. En las “Lecciones sobre la estética”, Hegel nos dice que el arte es una fase necesaria en el desarrollo del espíritu, pero no es la última.
El arte en la concepción histórica hegeliana recorrió tres etapas sucesivas, con límites a veces superpuestos: el simbolismo, el clasicismo y el romanticismo. Estas son concepciones intuitivas del mundo, bajo las cuales, épocas, culturas y pueblos han representado en sus artes particulares los contenidos de sus concepciones de lo divino, lo humano y lo mundano y natural. "El arte es la actividad espiritual que busca realizar la Idea en una forma sensible." (#)
Son tres formas del ideal, o de lo bello artístico, y se distinguen entre sí por la manera en cómo resuelven la relación entre la idea (o el contenido) y su representación. "La belleza es la unidad de lo particular y lo universal, la identidad de lo finito y lo infinito." (#)
El arte simbólico tiene una distancia considerable entre representación e idea, Hegel lo ejemplifica con el arte egipcio. Existe todavía el politeísmo y el desarrollo del arte como lenguaje del espíritu es incipiente. Quedan muchos restos del animismo y la representación es lejana del objeto. El simbolismo del arte egipcio está presente en todos los cuerpos representados en el plano, siempre de perfil, y en la escultura siempre con el pie izquierdo adelante, los brazos extendidos hacia abajo y el rostro en posición frontal.
El clasicismo es el arte de lo bello, la correspondencia perfecta entre forma e idea, entre cuerpo y espíritu. Por supuesto nos estamos refiriendo al arte clásico de los griegos, a esa moderación que surge de la representación de los dioses olímpicos que en el arte (y tan sólo en el arte), no están sujetos a la emoción.
Finalmente, en el arte romántico se desarticula nuevamente la correspondencia entre el cuerpo, la y el espíritu, pero contrariamente al simbolismo: la causa es el desarrollo histórico del espíritu que según Hegel ya no cabe en el arte.
No debemos olvidar que el arte es la representación de la representación, o sea, la representación en la obra de nuestra representación del mundo en la conciencia. Como tal, en la visión de Hegel, el arte no es la representación del cuerpo o de la naturaleza, sino que refleja la historia del camino a la verdad en la conciencia.
“Los pueblos han depositado en las obras de arte los contenidos más ricos de sus intuiciones y representaciones internas. Y la clave para la comprensión de la sabiduría y la religión es con frecuencia el arte bello, y en algunos casos solamente él. El arte comparte este rasgo con la religión y la filosofía, pero con la peculiaridad de que él representa lo supremo sensiblemente, y así lo acerca a la forma de aparición de la naturaleza, a los sentidos y a la sensación.” (…) "El arte es la forma de superar la finitud y la limitación humana, permitiendo al espíritu humano acceder a lo infinito y lo absoluto." (#)
De este modo para Hegel el arte perfecto es el arte de lo bello, el arte clásico griego, que termina en el Helenismo cuando cesa la moderación del cuerpo y se convierte en un instrumento para la representación de la emoción.
Más tarde, desde una concepción platónica, se acepta en Occidente el monoteísmo de Oriente y se desarrolla un “arte cristiano” en el cual se pierde la correspondencia entre forma y espíritu. Hay un regreso al simbolismo en el cual el cuerpo se subordina al espíritu que predomina. Pero según Hegel, en su tiempo -el tiempo del Romanticismo-, el arte queda postergado como modo de aproximación al Espíritu. Se impone otro camino: la filosofía.
"La forma peculiar de la producción del arte y de sus obras ya no llena nuestra suprema necesidad. Estamos ya más allá de poder venerar y adorar obras de arte como si fueran algo divino; la impresión que nos produce es algo reflexivo, y lo que suscitan en nosotros requiere una superior piedra de toque y una acreditación de otro tipo. El pensamiento y la reflexión han rebasado el arte bello." (#)
No estamos ante el fin del arte. "Un tiempo así es el nuestro", dice Hegel, "se puede esperar que el arte crezca y se consume cada vez más, pero su forma ha dejado de ser la necesidad suprema del espíritu." (#)
En nuestro siguiente comentario sobre el arte conceptual veremos que la concepción hegeliana sobre la postergación del arte tiene actualidad, aunque en un sentido muy diferente.
(#) Hegel, G. W. F. 1835. Lecciones sobre la estética. Traducción de A. V. Miller. Oxford University Press. Todas las citas de las “Lecciones” corresponden a esta edición.
*Coleccionista de arte y presidente de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes
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