Cueste lo que cueste

30 años de "Segurola y Habana": la dirección más famosa del fútbol argentino

En Cueste lo que Cueste repasaron el histórico día de 1995 en el que Diego Maradona, recién regresado a Boca, dejó una de las expresiones más recordadas del fútbol argentino tras su cruce con Julio César Toresani.

Diego Maradona y Julio César Toresani Foto: X

El 7 de octubre de 1995, la Bombonera fue escenario de un partido que quedó grabado en la memoria colectiva. Diego Armando Maradona volvía a jugar en Boca después de 14 años y el estadio se llenaba de ilusión. El Xeneize venció 1-0 a Colón con un gol de Hugo Romeo Guerra en el minuto 89, pero lo que trascendió mucho más que el resultado fue lo que ocurrió fuera del campo de juego.

En medio de un duelo caliente, el árbitro Francisco Lamolina expulsó a Julio César Toresani. Al terminar el encuentro, el “Huevo” dejó declaraciones picantes que enfurecieron a Maradona. Y la respuesta del 10 se transformó en un hito cultural: “Lo que diga Toresani no me importa. Si me la quiere venir a seguir, yo vivo en Segurola y Habana 4310, 7º piso. No tengo ningún problema en que me venga a buscar”.

El informe de Cueste lo que Cueste repasó ese episodio que hoy cumple 30 años y mostró imágenes inolvidables: desde la entrada en calor de Diego hasta el emotivo momento en que vio salir a sus hijas Dalma y Gianinna de una caja sorpresa en el campo de juego. “Eso lo paralizó, no lo esperaba, y es una postal que hoy emociona aún más por el paso del tiempo”, recordaron.

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La frase “Segurola y Habana” trascendió el fútbol: se imprimió en remeras, se cantó en las tribunas y quedó inmortalizada como un símbolo del carácter desafiante de Maradona. Paradójicamente, tiempo después, Toresani y el 10 fueron compañeros en Boca, en una muestra más de las contradicciones y grandezas del fútbol argentino.

El programa también evocó la carrera de Toresani, un “guerrero del fútbol” que jugó en Boca, River, Independiente, Colón y Unión, y fue dirigido tanto por César Luis Menotti como por Carlos Bilardo. Una vida intensa, marcada por la gloria en la cancha y la tragedia personal fuera de ella.

A tres décadas de aquel cruce, la dirección “Segurola y Habana” sigue siendo mucho más que una esquina de Villa Devoto: es parte de la historia grande del fútbol argentino y de la leyenda eterna de Diego.

BP